Estudiar con miedo: el feroz asalto en Psicología reinstala la preocupación
| 7 de Julio de 2016 | 02:22

“Si cruzás por el Bosque es fija que te roban, además nunca se ven policías y por la noche, la frecuencia de los micros es tan espaciada que las esperas en la avenida 122 te convierten en carne de cañón”, resume Fernando, un estudiante de cuarto año de Psicología. La inquietud por la inseguridad es una presencia cotidiana entre los universitarios, que esta semana se potenció después de conocer que un joven de primer año de Psicología fue apuñalado el martes (ver aprte) en cercanías del predio del ex BIM III, donde funciona la facultad de esa carrera y la de Humanidades.
El problema es común a todas las sedes educativas cercanas al Bosque, aunque cuando se habla con los estudiantes de Psicología y los de Humanidades reiteran que el barrio donde están emplazadas esas facultades directamente parece “tierra de nadie”.
“A pocas cuadras está la comisaría, pero patrulleros o policías caminando fuera del corredor universitario, no se ven nunca”, agrega Edgardo, un alumno de Humanidades que también expresa su preocupación por los niños que entran a la facultad a pedir monedas, pero en muchas oportunidades descubren forzando los candados de las bicicletas para robarlas.
Los estudiantes consultados por EL DIA coincidieron en que usualmente se observa muy poca vigilancia policial en el barrio, al punto de que muchos dicen sentirse totalmente desprotegidos ante cualquier hecho de inseguridad, sin saber a quién recurrir.
Los puntos que marcan como más permeables al delito son las vías, el interior del Bosque, el sector donde se encuentra el cuartel de Bomberos y la calle 123 entre 49 y 50. La rotonda también es conflictiva porque se hace difusa la incumbencia policial, ya que está en el límite de La Plata, Berisso y Ensenada.
En todos los casos se denuncia deficiencias en el alumbrado público, calles completamente oscuras y demoras en la frecuencia nocturna de micros.
Después de las siete de la tarde, los estudiantes aseguran que no se ve ni un alma en las calles, incluso cierran algunos portones del predio del ex BIM III y hasta muchos negocios bajan las persianas para no exponerse a los robos.
“Policías prácticamente no se ven nunca, los chicos sufren todo tipo de robos y arrebatos; a nosotros el año pasado nos robaron en varias oportunidades”, cuenta la empleada de un quiosco cercano a 122 y 51.
Las autoridades universitarias no son ajenas al problema, al punto que Leonardo Cuello, director de Política y Estrategias de Prevención Universitaria, a cargo de la Guardia Edilicia asegura que la delincuencia “muta” todo el tiempo - el año pasado se registraban arrebatos en las paradas de micro - y que eso los obliga a replantear estrategias de seguridad a diario.
En su área se desempeñan 210 guardias que custodian tanto predios y edificios universitarios como laboratorios, el Planetario, colegios preuniversitarios y guarderías dependientes de la UNLP.
“Ofrecemos una respuesta primaria a una problemática que es compleja”, afirma Cuello para quien de puertas para adentro, el predio del ex BIM III está “controlado”.
“Para la llegada o salida de los estudiantes tenemos el corredor universitario, el que coordinamos con la policía; en la calle 50 de 1 a 120; 120 desde 50 a 52; 52 de 120 a 122, hay garitas con personal y personal con motos”, apunta Cuello quien se mostró preocupado por el accionar “piraña” de menores que ingresan a robar a las facultades y a los que les cuesta controlar.
“Hay unas 12 personas de 7 a 23 en el Corredor, pero el problema son las vías porque los delincuentes aparecen y desaparecen por ese lugar; por eso les pedimos a los estudiantes que se manejen en grupo”, aseguró Cuello.
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