Un triunfazo que llegó justo en una semana difícil

Luego de la eliminación en la Sudamericana, se recuperó con todo y es líder

TUCUMAN
ENVIADOS ESPECIALES

Por MARTIN CABRERA
COMENTARIO

L os su plentes se quedaron adentro de la cancha esperando a los del campo para saludarlos antes de ingresar al vestuario. Nelson Vivas se fundió en un abrazo con Lalo Colombo. En la platea, los dirigentes apretaron sus puños. Final del partido. Estudiantes le ganó 2-0 a Atlético Tucumán, resultado soñado y necesario para seguir puntero, con puntaje ideal y para soplar los vientos críticos luego de la dura eliminación en la Copa Sudamericana, que por primera vez puso el foco crítico en el proceso.

El Pincha se puso de pie en el momento justo. Y fue en una cancha tan complicada como inexpugnable: el Decano hacía 32 partidos que no perdía, desde agosto del año pasado, cuando estaba en la B Nacional. Fue un triunfazo que sorprendió a varios y que le devolvió la sonrisa al plantel albirrojo, que ayer regresó con la tranquilidad que tanto necesitaba.

Estudiantes jugó un partidazo. No brilló ni tuvo los lujos que uno puede imaginar por partidazo. Pero fue un equipo serio, sólido en defensa, inteligente en el medio y agresivo de mitad de cancha para adelante. Por eso ganó, sin discusión y sin dejar dudas.

Nelson Vivas sorprendió con el cambio de esquema. El 4-4-2 descolocó a los tucumanos, que esperaban otra cosa. Rodrigo Braña y Santiago Ascacibar se comieron el mediocampo. Y por las bandas, sin tanto despliegue, cumplieron Lucas Rodríguez y Gabriel Graciani. La frutilla del postre fue Carlos Auzqui, figura descollante, que como mediapunta encontró el lugar que mejor le sienta.

Con los caminos cerrados, el local se fue muriendo de impotencia. Y entonces el Pincha comenzó a manejar bien la pelota, con criterio y salida clara desde el fondo. Hasta que a los 33 minutos Tití Rodríguez robó una pelota y metió una perfecta asistencia para que Auzqui, de derecha, definiera fuerte, abajo y a un palo de Luchetti. Gol para empezar a enfríar la caldera del Monumental. 1-0 que pegó fuerte y marcó una tendencia que más adelante sería irreversible.

En el complemento Estudiantes siguió siendo mejor que su rival. Esperó en mitad de cancha y empezó a avisar con sus contras. A los 3 minutos el goleador estrelló un tiro en el palo, pero a los 10, tras otra pelota recuperada, definió muy bien en forma cruzada para clavar el 2-0 que enmudeció a la multitud presente.

El equipo de Vivas le tiró toda su jerarquía a un rival que pareció pequeño. Le cerró los caminos y no lo dejó jugar. Recién con el ingreso de Leandro González pudo nivelar y empezar a cascotearle el rancho a Mariano Andújar, que cuando el físico de sus compañeros tenía la luz de reserva encendida sacó un repertorio de tranquilidad y seguridad.

Los cambios no aportaron soluciones, pero el reloj siguió pasando rápidamente y en simultáneo con la desesperación del local, que de a poco se fue convenciendo que no era su tarde y que no iba a poder contra un rival que ayer jugó como tiene que hacerlo: con personalidad.

Estudiantes logró su tercera victoria consecutiva, volvió a mantener la valla invicta y dejó en claro que sin copas por delante pondrá toda su atención en el torneo. Todavía nadie le encontró una explicación a la eliminación de la copa, pero no vale la pena buscarla. Ya no la juega. Lo que sí juega es el torneo y tiene un largo recorrido por delante.La mejor noticia es que está vivo y con una luz en el horizonte en este nuevo esquema.

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