MINI HISTORIAS DE VIAJE - #1

1)    Ocurre muchas veces. Vas en busca de conocer una atracción turística y terminas impresionado por otra. Así nos sucedió en Madrid: nos dirigimos en busca de apreciar la fuente de la Cibeles y la visita concluyó fascinados con el edificio del Palacio del Ayuntamiento.

 

2)    No me impactó, como previamente me pareció que podría resultarme, darme un baño en las proximidades de un famoso hotel, en las aguas del mar Muerto.

 

3)    En el hotel sevillano nos indicaron como llegar al vecino Real Alcázar. Así que, dada la poca distancia, fuimos por él. Ingresamos a conocer las maravillas que lo integran: estructuras, jardines, fuentes, estatuas, palacios, patios, salones, y tantos rincones especiales. El asunto fue que cuando salimos nos dimos cuenta que habíamos entrado por la puerta posterior.

 

4)    Una experiencia diferente fue sentarnos en la arena de la playa mediterránea de Tel Aviv, en una noche divina, a ver cine al aire libre. Recuerdo menos la película que vimos en esa ocasión que el trabajo que me dio sacarme la arena de mi calzado al regreso a nuestro hotel, a sólo dos cuadras de allí.

 

5)    En el hotel en Londres nos explicaron que los agentes mayoristas de turismo venden a Latinoamérica un tipo de tarifa que conlleva discriminación en el tipo de desayuno que le corresponde a quienes proceden de tales países. Por eso en el hotel nos separaban hacia otro sector que tenía una menor variedad de comestibles a la que podíamos acceder en la primera ingesta del día.

 

6)    En la Beer Sheva que conocimos la arquitectura es otomana, el cementerio es británico, el mercado/feria es beduino, la comida es árabe, la bandera es israelí y los que discuten por el fútbol son argentinos.

 

7)    Córdoba es una ciudad española particularmente apta para seguirle los pasos al Rambam y, tal como lo hicimos, el visitante concluye a los pies del maestro con una delicada caricia a sus zapatos a fin de obtener, frente a la estatua que lo perpetúa, el beneficio de su bendición, veneración que incluye el respeto al celebrado bronce.

 

8)    La estación de trenes de Aranjuez es especialmente bella, por su concepción arquitectónica y su esmerada preservación. En realidad algunos podrían pensar en una construcción opacada por la existencia del maravilloso Palacio que da trascendencia al nombre de la ciudad. Sin embargo bastará, como en nuestro caso, hacer funcionar la cámara de fotos para no sentirnos arrepentidos al regreso a casa.

 

9)    A muchos les puede parecer que recorrer no menos de 10 museos, pinacotecas o exposiciones en París, en poco más de una semana, tiene sus dificultades, sus costos, sus desplazamientos, sus caminatas, sus preparativos. No obstante, quizás que lo peor de todo sea resumirlo en pocas palabras cuando te toca transmitirlo.

 

10)                      Amargo, picante, agrio, áspero, ácido, brusco, desagradable, desapacible, intransigente. En nuestra lengua estos términos son sinónimos de Acre. Y ese fue el recibimiento, con una lluvia de piedras de por medio, con que nos recibieron los árabes a nuestro arribo a la ciudad homónima, de milenaria y portuaria vigencia a orillas del Mediterráneo israelí.

 

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