Camila, ex de Rombai, en rebelión: reveló el lado oscuro del pop juvenil

El mundo del pop mueve millones. Por lo tanto, no es de extrañar que todo sea poco menos que espontáneo, y que las bandas juveniles que nos cuentan que se conocieron en la esquina del barrio hayan sido, en realidad, formaciones no tan improvisadas empujadas al éxito por talento, claro, pero también por obra y gracia de los anónimos productores.

Rombai, en ese sentido, tenía todos los pelos y señales de pertenecer a este fenómeno: aparecieron de la nada y, con un par de videos en YouTube, ya estaban en el piso de Tinelli. Justo a tiempo, además, para el verano, donde su música estalló en los boliches y ellos aprovecharon para realizar una monumental gira por todo el país.

La gira, sin embargo, fue reveladora: no sólo porque la banda oriunda de Uruguay mostró su poder de convocatoria entre la audiencia teen, sino porque parecieron poco preparados para el gran escenario. La gira los juntó en festivales con grandes figuras de la música y su show, playback con tracks musicales de fondo, mostró sus limitaciones. Cuando el playback no anduvo, para colmo, fueron abucheados: la banda no sabía afinar.

Fue demasiado para Camila Rajchman, un rara avis del género que decidió decir adiós a la fama y la fortuna en aquel momento, avergonzada, y sin tapujos destapó la olla del mundo del espectáculo.

“La verdad es que no hay excusas, pero a mí lo que me pasó fue que no me escuchaba y para mí es re importante”, reveló sobre las desafinaciones, y contó que “yo canto muy bajito con respecto a cómo suena el resto de la banda y por eso si no me escucho por mi aparato, no me escucho por ningún lado, porque los monitores no alcanzan mi volumen. No nos dejaron que operara nuestro sonidista ni monitorista, entonces me puse re nerviosa y no lo pude manejar. Creo que lo tendría que haber manejado mejor, pero la verdad es que no pude”.

Desde un primer momento dije que no puedo cantar ni el arroz con leche, pero me insistieron”

Me llegaron a decir que tenía que hacer dieta y que tenía que ser como todas las chicas que están en el medio”

Pampita es una diosa y la admiro. Pero yo no me voy a matar a dieta para ser como ella y para que todos opinen bien de mí”

Era solo el inicio de su raíd confesional: “Creo que crecimos demasiado rápido y llegó el momento de priorizar lo musical y no lo que queremos o sentíamos”, aseguró, antes de reconocer que “lo dije siempre, no soy cantante y tampoco pretendía aprender a cantar tan rápido... La gente me compró, pero lo compró en el boliche, para tener un vaso de cerveza en la mano y saltar con amigos. Pero no sé si lo compró para un show en el Luna Park”.

“Desde un primer momento dije que no puedo cantar ni el arroz con leche pero me insistieron… obviamente, mis amigos y mi familia ¿qué me iban a decir?”, cerró en aquella oportunidad la blonda, tras dejar la banda.

Por supuesto, la separación fue transmitida a través de las redes sociales a miles de fans, y la banda sobrevivió a la ruptura (hoy su cantante, Fer Vázquez, deslumbra en el “Bailando”), dejando rápidamente atrás el verano de las desafinaciones. Porque, como analizó la periodista uruguaya Sofía Rodríguez, “no se escucha bien pero es divertido, el público adolescente no piensa si desafinaron o no, están todas muertas de amor por los cantantes y no piensan en el lado profesional”.

Parecía el final de los escándalos para la banda teen. Sin embargo, Camila no había dicho todo lo que podía: la blonda consiguió reacomodarse en el medio como panelista en “Gran Hermano” luego de alejarse de la reconocida banda uruguaya y, por supuesto, las preguntas sobre su partida llegaron y la rubia volvió a revelar el lado oscuro del pop juvenil.

“Los chicos sentían que para mejorar profesionalmente tenían que seguir creciendo entonces yo me abrí porque no estaba pudiendo ser más profesional”, deslizó en un inicio, antes de revelar las exigencias de la banda que ella no estuvo dispuesta a cumplir.

“Es un tema muy especial para mí. Hay que priorizar la felicidad de uno y no someternos a la opinión ajena. No hay que estar toda la vida a dieta. Y a mí me costó entenderlo. Me llegaron a decir que tenía que hacer dieta y que tenía que ser como todas las chicas que están en el medio”.

Es así que confesó que “ella no quería ser como todas las demás” y dio un ejemplo: “Pampita es una diosa y la admiro. Pero yo no me voy a matar a dieta para ser como ella y para que todos opinen bien de mí. Me parece sano vender una chica normal que igualmente puede ser exitosa y puede ser querida por la gente”.

“La realidad de la vida no es estar diez horas en un gimnasio y estar haciendo dieta cinco años seguidos. Lo mismo con las cirugías estéticas”, completó.