Un Lobo inocente recibió otro duro cachetazo en Mendoza
| 15 de Octubre de 2017 | 15:54

Por NICOLÁS LAMBERTI
Fotos: Dolores Ripoll/ El DÍA
Gimnasia volvió a ser un equipo inocente en Mendoza y nuevamente fue goleado. El Lobo recibe tantos infantiles producto de falencias y desatenciones en el fondo y le terminan costando el resultado porque tampoco lastima en el área de enfrente.
El equipo de Mariano Soso no encuentra la solidez que desea en defensa y quedó de manifiesto una vez más en su excursión en tierras cuyanas desde donde se trajo un doloroso 3 a 0 en contra y donde para colmo de males no ensayó una reacción que al menos ilusionara apenas con el descuento.
El mens sana entró dormido como ante Lanús y otra vez empezó a correr desde atrás en el resultado apenas a los 5 minutos de comenzado el juego.
En la tercera ocasión que le generó Godoy Cruz en ese tan corto lapso de tiempo, lo lastimó con un gol en contra de Lucas Licht. Un sucesión de fallas por el sector derecho, con una patinada de Oreja incluída, terminó con un centro que impactó en la cabeza de Licht y la pelota se coló casi piediendo permiso
Antes de eso, las dudas y la desatenciones en la última línea ya habían quedado al desnudo, porque el equipo no podía controlar al uruguayo García y menos a Garro, que lo tuvo dos veces y en una de ellas el palo le dijo que "no".
Con todas estas falencias en el lomo en pocos minutos, el equipo tenía la difícil misión de dar vuelta la historia y contó con tan solo dos ocasiones. En una estuvo cerca Ibáñez pero tapó Burián y en la otra, Alderete cabezó por encima del travesaño.
El entusiasmo no duró mucho, porque pasada la media hora, Gimnasia volvió a caer en un pozo y el rival volvió a aprovecharse de la debilidad albiazul para marcar y de los sucesivos errores en las salidas desde el fondo.
Así fue que a los 39 el conjunto tombino llegó a la segunda conquista. Porque Bonifiacio la perdió en un sector peligroso del campo y Cobos tiró centro desde la izquierda desde un ángulo cerrado y se la mandó adentro a un Martín Arias mal ubicado.
Otro baldazo de agua fría para el conjunto de Soso en otros flojos 45 minutos iniciales. Hoy, las estadísticas marcan que en las primeras etapas, el Lobo es el equipo que más goles está sufriendo en la Superliga con 9 caídas y recuperarse ante la adversidad se le está haciendo cuesta arriba.
SIN REACCIÓN
Atento a todas estas complicaciones, el entrenador cambió en el entretiempo buscando la recuperación. Mandó a la cancha a Manuel Guanini, adelantó a Rinaudo al medio y también optó por Erik Ramírez para sumarle pimienta al ataque y Bolívar y Bonifacio se quedaron en el vestuario.
Pero no consiguió mejoras que pudieran mover la balanza. El equipo no lograba gestar juego (a diferencia de otros partidos) y el arco de Burián le quedaba muy lejos. Con Faravelli impreciso y Alemán casi ausente, el tercer intento del DT fue Nicolás Colazzo, quien saltó al campo por el capitán Lucas Licht.
Y lejos estuvo de poder cambiar algo a favor. Porque pisando el minuto 30, llegó el tercer cachetazo mediante Correa, quien hizo lo que quiso con Guanini por izquierda y colocó el balón contra el caño izquierdo de Martín Arias.
El juego tuvo tiempo para mostrar un par de ocasiones más en favor del local y nada más. Silvio Trucco pitó el final del encuentro y el Lobo, lejos de levantarse, dejó una pobre imagen que continúa envuelta en un mar de dudas. El Lobo se está volviendo un equipo fácil para los rivales y lo peligroso es que que se acostumbre a perder.
Ahora se vendrá Vélez y le será imperioso ganar en el Bosque para que el ciclo Soso no comience a tambalear.
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