Se viene un escenario complejo y lleno de incertidumbre

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En medio de una eventual declaración unilateral de independencia (DUI) de Cataluña y la puesta en marcha de la intervención regional por parte del gobierno central, algunas claves para entender lo que se viene en España.

Por PARLAMENTO CATALAN

La cámara celebrará un pleno extraordinario (que arranca hoy y podría terminar mañana viernes) para analizar una respuesta a la intervención que anunció Madrid. La reunión, sin embargo, podría servir para declarar la independencia unilateral y proclamar una nueva “república catalana”. En la sesión también se podría convocar a elecciones autonómicas anticipadas.

Por LA INDEPENDENCIA

Su efecto práctico sería limitado: el gobierno de Mariano Rajoy apelaría la declaración ante el Tribunal Constitucional, que la suspendería, y se limitaría a seguir adelante con la intervención de la autonomía de Cataluña, que el Senado en Madrid aprobará mañana viernes en virtud del artículo 155 de la Constitución. La declaración unilateral de independencia puede en cambio salirle cara al líder catalán Carles Puigdemont, que afrontaría una querella por rebelión, delito castigado con hasta 30 años de prisión.

Por CHANCES DE NEGOCIAR

Son mínimas. Los socialistas del PSOE, que apoyan al Gobierno en la intervención regional, piden frenar esa medida si Puigdemont llama a elecciones. Pero el conservador Partido Popular (PP) de Rajoy cree que los comicios serían insuficientes y exigen al líder catalán que renuncie a la independencia y vuelva a la ley. Una marcha atrás de Puigdemont irritaría a socios y votantes, por lo que parece improbable. Más aun después de que el jefe del “Govern” desistiera de acudir al Senado español para presentar alegaciones contra el artículo 155 que regula la intervención, una posibilidad que prevé la Constitución.

Por LA INTERVENCION

El artículo 155 de la Constitución, nunca aplicado hasta ahora en 40 años de democracia en España, permite al Estado adoptar “las medidas necesarias” para forzar a una región a cumplir la ley. El gobierno de Rajoy anunció el sábado que lo usará para destituir a Puigdemont y su gobierno y convocar a elecciones regionales en un plazo de seis meses. También se espera que limite las competencias del “Parlament”, intervenga las cuentas de la región, la policía regional (Mossos d’Esquadra), oficinas de representación extranjera de Cataluña e incluso el canal autonómico TV3, entre otras medidas. La intervención comenzará el mismo sábado de forma gradual y por tiempo limitado.

Por CONSECUENCIAS

La intervención regional tiene un alto costo de imagen -por eso Rajoy intentó evitarla hasta último momento- y para el independentismo catalán es un agravio y una “humillación”. La aplicación del 155 promete así ser conflictiva y recibida con protestas en las calles y resistencia social y política. Además, la “república catalana” requeriría apoyo internacional y que España retirara su presencia en la región (jueces, policía, Ejército, funcionarios, etc.), algo que hoy nadie se plantea. Incluso sin esas trabas, un nuevo país necesitará su propia moneda (deja el euro) o imprimir pasaportes. Cataluña no tiene ejército y sólo cuenta con una policía regional. Y está el desafío económico, con más de 1.000 empresas que dejaron la región en busca de garantías jurídicas.

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