El proyecto impositivo del Gobierno tuvo más críticos que defensores
Edición Impresa | 2 de Noviembre de 2017 | 03:37

En los días previos al anuncio de la reforma tributaria, distintos voceros del Gobierno repitieron que en la Argentina los impuestos son caros y que “hay que bajarlos”. Por eso sorprendió el ministro Nicolás Dujovne, el día martes, cuando anunció la suba o implementación de impuestos al consumo que afectarán directamente a la clase media, como puede ser el caso de los que gravarán la renta financiera (depósitos bancarios y títulos como lebacs), servicios de streaming de video y música (Netflix y Spotify) y bebidas alcohólicas y gaseosas.
Las rebajas en el consumo alcanzan fundamentalmente a celulares y televisores, medida que perjudicará, por ejemplo, a la industria electrónica de Tierra del Fuego, según ya advirtió la gobernadora Rosana Bertone.
Pero como dijo el analista económico José Luis Brea “la idea oficial es fomentar un círculo virtuoso que lleve a una generación de empleo y al crecimiento de la economía”. Estas medidas incluyen la ley de blanqueo laboral, la reducción de la alícuota del impuesto a las Ganancias que pagan las empresas (del 35% al 25%) en 5 años para las compañías que no distribuyan las utilidades, la reducción progresiva del impuesto al Cheque y un régimen de devolución acelerada del IVA para inversiones a largo plazo, entre las medidas más importantes.
Entonces, el panorama se resume así: el Gobierno quiere quitar el costo impositivo al trabajo y la producción para que lleguen inversiones, y crezcan la industria y el empleo. Aunque por ahora, el alto déficit público impide la rebaja de impuestos como el IVA o Ganancias que afectan a consumidores y salarios hasta que “el círculo virtuoso” permita limitar el déficit público y el endeudamiento externo, según explican economistas.
Más allá de lo razonable o no del planteo oficial, el anuncio de Dujovne dejó luces y sombras y distintas voces se pronunciaron a favor y en contra de las medidas.
diferentes posturas
El jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña, afirmó ayer que “no hay ningún sector económico argentino que se vea afectado con las medidas” anunciadas en el lanzamiento del plan de reformas que pondrá en marcha el gobierno nacional y aclaró que no se trata de “imponer nada, sino de dialogar y buscar consensos”.
Al brindar su cuarto informe del año ante el Senado de la Nación, Peña expresó que “no debe haber temor y rechazo” ante la convocatoria de la administración de Cambiemos para discutir un plan de reformas, al reconocer que las propuestas pudieron haber generado “inquietud” en algunos sectores, y ratificó que el objetivo del presidente Mauricio Macri es abrir un diálogo multisectorial “sin imposiciones”.
“Buscamos una agenda de unidad que no divida sino que busque celebrar los puntos en común y estamos convencidos, más allá de una campaña electoral, de que en muchos de estos acuerdos estamos mucho más cerca de lo que muchas veces se piensa”, dijo Peña al hablar ante el Senado donde se cruzó con algunos legisladores opositores por el aumento del impuesto al vino y por la liberación de importaciones.
En cambio, el economista José Luis Espert, dijo que la reforma tributaria anunciada por el ministro de Hacienda es “bien a la medida de los empresarios, clientes o amigotes de los gobiernos, y muy en contra de la gente que no tiene lobby”.
“Este paquete de reformas está alejado de los problemas de los argentinos, es un sacudón para la gente de a pie”, insistió al tiempo que apuntó que “al empresario le sirven las medidas tomadas”. Espert cuestionó además la política de endeudamiento público del gobierno nacional, al afirmar que “nos vamos a arrepentir de seguir endeudándonos así”.
En tanto el economista jefe de la consultora ACM, Guido Lorenzo, evaluó ayer que el proyecto de reforma tributaria presentado por el Gobierno “es demasiado gradualista”, al tiempo que consideró que en el caso del impuesto a las Ganancias “es muy pro empresa y no a favor de las personas físicas”.
“El proyecto es demasiado gradualista. Pensar en un horizonte de cinco años me pareció excesivo. Se esperaba una reforma más intensa sea por mayor velocidad o por los cambios en las alícuotas”, opinó.
en pie de guerra
La vicegobernadora de Mendoza, la radical Laura Montero, y el influyente sector vitivinícola de esa provincia dirigieron ayer duras críticas a la propuesta del gobierno nacional de implementar un nuevo tributo a los vinos y espumantes y aseguraron que su implementación golpearía las ventas y provocaría una mayor concentración de productores.
La propuesta de reforma fiscal “no dimensiona el daño y arruina años de trabajo público privado en el posicionamiento del vino en el mercado”, dijo por Twitter la vicegobernadora Montero, quien dirigió las críticas a la cuenta personal en esa red social del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
“¿Quién pagará finalmente el impuesto?”, preguntó Montero, y respondió: “el consumidor = caída en el consumo x mayor precio”.
Desde el sector privado, José Alberto Zuccardi, presidente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA), calificó la propuesta como “aberrante” e “impropia”. “Ponerle impuestos internos al vino es una medida absolutamente impropia y aberrante que afecta y discrimina a la economía del oeste argentino”, dijo Zuccardi al manifestar que “nos oponemos terminantemente” al tributo.
El dirigente bodeguero añadió que “es muy importante que el gobierno de la provincia le haga saber al presidente de la Nación los inconvenientes que una medida de este tipo traería a todo el oeste argentino, para que entienda que esto sería quizás una medida que tendría más impacto que la que tuvo la (resolución) 125 para la pampa húmeda”.
Mientras, la gobernadora peronista Rosana Bertone cuestionó la rebaja de impuestos a los artículos electrónicos porque afectaría a la producción de Tierra del Fuego, que hasta ahora tiene arancel cero. “La aprobación de este proyecto significaría la disolución territorial de nuestra provincia”, advirtió. Además, el sector metalúrgico de Río Grande anunció un plan de lucha en rechazo al aranceramiento cero a productos importados.
Sector azucarero
El incremento de impuestos internos a las bebidas azucaradas que impulsa el proyecto de reforma tributaria oficial “generará importantísimas pérdidas de puestos de trabajo en la cadena azucarera”, advirtió, por su parte, ayer el Centro Azucarero Argentino (CAA).
“La medida tendrá graves consecuencias en el empleo directo e indirecto en el sector azucarero del noroeste argentino, estimado en 200.000 trabajadores. La merma del consumo incidirá en una reducción estimada de 5.000 puestos de trabajo solo en el sector azucarero”, expresaron en un comunicados los productores del noroeste argentino.
“ Ningún sector económico se verá afectado”
Marcos Peña
Jefe de Gabinete
“ “Tendría el mismo impacto que la 125 ”
José Zuccardi
Productor
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