“Habemus Quorum”: el divorcio del consorcio

Gabriela Izcovich dirige una comedia muy identificable

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Desde hace algunas semanas, la cartelera platense ofrece “Habemus Quorum”, una obra pensada, escrita y dirigida en tono de comedia, que plantea el encuentro de cinco propietarios de un edificio que intentan llegar a un acuerdo pese a sus diferencias.

La pieza es el resultado de un proceso de creación colectiva, a partir de un trabajo de entrenamiento actoral y de dramaturgia coordinado por la actriz, dramaturga y directora Gabriela Izcovich, responsable del ritmo y las marcaciones de los actores en el recorrido de la obra.

Los criterios dramatúrgicos de “Habemus Quorum” se conformaron a partir de una serie de propuestas temáticas, las que luego de ser improvisadas actoralmente se volcaron al papel como escritura teatral y de allí otra vez a la escena para volver a ser probadas actoralmente en el ensayo, en un proceso que va del cuerpo al papel y del papel al cuerpo.

Consultada en relación al proceso creativo, Izcovich reveló: “Encontrábamos la temática con la que íbamos a trabajar, y desde ahí comenzaban a surgir situaciones. Las cosas que eran potentes las grabábamos y después las escribíamos, un poco al revés de lo que sucede generalmente con el dramaturgo. Acá íbamos de un lado al otro, del cuerpo al papel y del papel al cuerpo. Pero no hay nada de improvisado, somos muy exigentes y cumplimos a rajatabla con el texto. Fue un proceso de escritura compartida entre La Plata y Buenos Aires, a lo largo de un año aproximadamente”.

Protagonizada por Daniel Gismondi, Leandro Melian, Horacio Salerno, Gustavo Senese y Lorena Spotti, la obra tendrá funciones durante los domingos de abril (9, 16, 23 y 30) en Espacio 44 -44 entre 4 y 5-, y ofrecerá esta noche una presentación especial y gratuita en la misma sala en el marco de la Noche de los Teatros.

Para Izcovich, que desde el lunes brindará otro curso de preparación actoral en la sala de 44, se trata de una pieza sumamente identificable, sobre todo para los que vivimos en edificios, o acaso ¿quién no ha tenido algún dolor de cabeza con el consorcio?

“Podemos encontrar referencias desde lo social, lo político, lo psicológico, es una obra muy argentina con el agregado del comportamiento humano que es universal”, aseguró la directora, en relación a la realidad matizada de ficción que se haya impresa en la pieza.

En relación a los personajes, la directora aseguró que la idea fue trabajar con prototipos. “El espectador hace una especie de catarsis al estar metido ahí, pero riéndose de sí mismo porque se va a sentir identificado con los episodios de estas 5 personas que viven en el mismo edificio e intentan lograr un consenso. El problema es que tienen personalidades imposibles, transitan momentos brutales y difíciles, superados por su propia realidad. Son como esas parejas que nunca van a estar bien, que uno desde afuera lo puede ver con claridad, pero desde adentro es una revolución absoluta. Es a partir de esa dificultad para encontrar una unidad de criterio entre los 5, donde surge la comicidad”.

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