Sendero Carayá: senderismo en Esteros del Iberá

Un espectacular circuito, bien señalizado para el turismo, emplazado en una pequeña porción de selva, en la entrada de Colonia Carlos Pellegrini con un fresco entorno del gran humedal que sirve como hogar de una familia de monos aulladores, otros mamíferos y miles de aves

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El Sendero Carayá, que se encuentra en una zona selvática muy cercana a la Colonia Carlos Pellegrini -poblado correntino pionero de los Esteros del Iberá-, invita al visitante a adentrarse en una muy bella zona del enorme humedal en la que la fauna atrae a muchos turistas.

Entre muchas especies animales, en el lugar se destaca una familia de monos aulladores que pueden fotografiarse prácticamente a toda hora.

El sendero, de dificultad baja y apto para niños pequeños, recorre unos 450 metros señalizados dentro de las 3,5 hectáreas que posee la porción de selva en galería que lo contiene, puede transitarse en una hora promedio, ya sea en forma independiente o con las excursiones incluidas en los paquetes turísticos ofrecidos por las posadas del pueblo.

A metros de iniciado el recorrido, un cartel de los tantos desperdigados por el sendero anuncia que “hay monos cerca” y advierte que ellos “ya te vieron”, generando la lógica expectativa de todos los visitantes.

Esta selva en galería, de copas abundantes y espacios abiertos en la base, es común a la orilla de los innumerables arroyos, ríos y lagunas de la zona, y es el hogar de un clan de monos carayá, únicos primates silvestres que habitan el Iberá.

Este grupo está compuesto hoy por un macho dominante, cuatro hembras y varias crías.

De marcada actividad por la mañana y a últimas horas de la tarde, el macho dominante suele emitir sonidos potentes que se escuchan a considerable distancia, por lo que también se lo conoce como mono aullador.

El carayá macho es negro, mientras que las hembras y los ejemplares jóvenes son de un tono ocre amarillento, por lo que a primera vista pareciera que se tratara de dos especies diferentes.

Los primeros ejemplares que hoy recorren la zona fueron insertados por la Fundación Vida Silvestre en la década del 90.

Durante el trayecto se pueden ver cuevas de armadillos dispersas entre los árboles y además, carpinchos siempre cerca del agua.

Otro de los numerosos carteles a lo largo del recorrido anuncia la presencia de orquídeas.

Cáctus aéreos de singular sutileza se entremezclan, entre los troncos y las ramas, con bromelias de hojas brillantes que sirven a los carayás como un bebedero natural del agua de lluvia y rocío que se acumula en ellas.

La selva es rica en vegetación de uso cosmético, como la pitanga, también llamado ñangapirí, que es un pequeño árbol de frutos rojos dulces similares a una cereza.

Este paseo, junto a la Pasarela y el Sendero del Cerrito, son parte de los atractivos ofrecidos por las 26 posadas de Carlos Pellegrini agrupados en la Cámara de Turismo del Iberá, una asociación que trabaja en la mejora de los servicios al turista que busca un contacto estrecho con la naturaleza.

 

Cómo llegar
Entre la ciudad de Posadas y la localidad correntina de Colonia Carlos Pellegrini hay 202 kilómetros. Para realizar el viaje se debe salir de la capital misionera por la Ruta Nacional Nº 12 hacia el sur, para luego ir empalmando sucesivamente las rutas provinciales 41 y 40 hasta llegar a destino. El viaje se lleva a cabo enteramente sobre pavimento e insume poco más de dos horas.

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