Un caso testigo en la Ciudad

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La violencia y la discriminación suelen ser cosa cotidiana en varios colegios del país y la región.

El año pasado, por dar apenas uno de los tantos ejemplos que se conocieron a nivel local, dos hermanos adolescentes -alumnos de una escuela secundaria de Tolosa- dejaron de concurrir a clases porque eran objeto de bullying, según denunció su madre, quien presentó el caso ante las autoridades educativas y policiales.

De acuerdo a lo que planteó la mujer a fines de mayo del año pasado, un grupo de compañeros acosaba a sus hijos con humillaciones y hasta habría llegado a agredir físicamente a uno de ellos.

Los dos chicos cursaban segundo año de la Escuela 89 - 3 entre 527 y 528, en turno completo, es decir, de 8 a 15-. “No quisieron ir más por todo lo que han pasado”, aseguró en su momento la madre, que hizo una presentación policial ante la comisaría de la localidad.

Los hermanos fueron blanco de un fuerte y traumático acoso, según le relató la madre a este diario,

“Hace rato que a mi hijo lo vienen molestando -había contado la madre-, tanto que le han llegado a decir `negro melenudo, sos un maricón que no venís con nosotros, homosexual´, entre otras cosas.

A mi hija, en cambio, la acosaban con frases como `gorda, negra del plan, sucia, andá a comprarte una mamá porque la tuya es prestada´”.

Aunque ejemplo de discriminación, el caso de la escuela de Tolosa no es aislado. Quienes analizan este problema coinciden en que el número de episodios viene en aumento y se calcula que cada vez son más los chicos que no quieren dar el presente en las escuelas por miedo a ser hostigados por sus propios compañeros. Maltrato, discriminación, insultos, marginación: el acoso se registra de diferentes formas y encuentra nuevos canales de la mano de las tecnologías emergentes y las redes sociales.

 

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