¿Una burbuja?
Edición Impresa | 15 de Mayo de 2017 | 03:40

Ahora, ¿es esta bonanza efectivamente infinita? Muchos señalan, por el contrario, que el fin está cerca, debido a que la interferencia constante de los estudios en el contenido de cada filme (que debe ser consecuente con lo que sucedió durante cinco filmes anteriores y diez que están planificados) sofoca la creatividad de un género que brilla más cuando es desfachatado (como ya demostraron, dos veces, los “Guardianes”, y también la gran revolución potencial del género: “Deadpool”); y también debido a la propia evolución natural de universos que, compuestas ya de una decena de películas (y personajes), ha visto sus tramas hincharse, volverse demasiado incomprensibles para espectadores ocasionales, repetirse en sus formas (buenos, malos y rayo en el cielo, la “Estrella de la Muerte” de los superhéroes) y agotarse en los límites que se ha autoimpuesto.
La repetición es un problema que va más allá de las tramas: es inevitable que ante la invasión de cintas de superhéroes el espectador, que durante su vida diaria tiene problemas, un trabajo, hijos, padres, etc., se sienta abrumado. Pero nadie pisa el freno: solamente entre Marvel y DC planifican una veintena películas hasta 2022.
Los números, de todos modos, siguen respaldando fuertemente el modelo, aunque algunos señalaron como un síntoma del agotamiento del modelo la taquilla de 2015: Universal fue el estudio líder con nueve éxitos sobre diez lanzamientos de variada índole, desde “Straight Outta Compton” y “Jurassic World” hasta “Minions” y “Rápido y Furioso 7”. Y sin héroes (aunque, claro, apostando a las secuelas): un indicativo de que en una era de repetición ritual para el cine, la variedad puede ser la clave tras el vaticinado derrumbe del modelo.
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