Atlas-River: emotiva despedida de un histórico, que se abrazó con todos, y la invitación del Millo a cenar
| 16 de Agosto de 2017 | 08:12

Luego de la victoria de anoche por la Copa Argentina, el plantel de River invitó a cenar a los jugadores de Atlas.
El encuentro finalizó a favor de los dirigidos por Marcelo Gallardo (3 a 0) y en un gesto que no es común los millonarios compartieron la comida con equipistas y dirigentes del equipo de Primera D en el Hotel Sheraton de Salta.
Precisamente en ese lugar se hospedaron los riverplatenses durante su estadía en la ciudad de Salta, escenario del encuentro.
Una vez cumplidas las obligaciones post-partido los micros que trasladaron a ambos planteles dejaron el estadio "Padre Martearena" de la capital salteña y se trasladaron hasta el lugar donde se desarrolló la cena.
Jugadores, dirigentes y allegados de ambos clubes cenaron y contaron anécdotas además de sacarse numerosas selfies.
UN ABRAZO DE FUTBOL
El del goleador histórico de Atlas, Wilson Severino del Valle, con el emblemático capitán de River Plate, Leonardo Ponzio, fue esta noche un abrazo del fútbol, con todo el romanticismo del amateurismo por un lado y todo el profesionalismo por el otro, aunque sin olvidarse de los sueños infantiles que lo impulsaron hacia las realidades concretadas, que en la actualidad generan tanta admiración.
Wilson Severino del Valle, un cordobés que ya se había retirado de la actividad hace dos años en la Primera D para darle prioridad a su trabajo de ferroviario, recibió de la vida la oportunidad de volver por una noche para tener el honor de jugar unos minutos ante el River Plate del que es hincha e irse del fútbol de otra manera.
Y cuando, a los 41 minutos de segundo tiempo, lo llamó César Rodríguez, para que reemplazara a Joel Godoy Gil, Severino le dio un abrazo del alma a su entrenador, lleno de sensibilidad y agradecimiento.
Pero Severino ni bien pisó el campo de juego lo primero que hizo fue perdirle permiso a Ponzio para darle un abrazo, sin más demoras, y el capitán de River lo recibió sin reparos, en un momento emocionante.
"Me encantó porque antes de darle el abrazo le dije 'te puedo abrazar' y me dijo sí vení", reconoció Severino, tan lleno de alegría que parecía un grandote llorón.
Hasta el público que estaba en el salteño Estadio Padre Ernesto Martearena y acababa de ver la victoria de los Millonarios por 3-0 en el marco de los 32avos de final de la Copa Argentina reconoció al emocionado Severino con un aplauso generoso, como poniéndose en su lugar.
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