Los dramas adolescentes actuales, hechos series de éxito y polémica

Suicidio, bullying o anorexia son parte de las temáticas que muestran las tiras más vistas del momento. ¿Apología o mirada que ayuda?

Edición Impresa

“Hola, soy Hannah. Hannah Baker. Así es. No toques lo que sea que estés usando para escucharme. Soy yo, en vivo y en estéreo”. Así empieza Por Trece Razones, uno de los últimos éxitos de Netflix que, a lo largo de trece capítulos y mediante las cintas que la propia víctima grabó para describir el acoso escolar que sufrió, va precisando las razones y las personas por las que decidió quitarse la vida. Mientras los ecos de esta serie aún resuenan, ahora la plataforma televisiva decidió profundizar en la temática adolescente y agitar las aguas de la polémica. El nombre de la nueva serie es Hasta el hueso, una historia donde Lily Collins, su protagonista, es una adolescente anoréxica y los dramas que enfrenta giran -una y otra vez- alrededor de este trastorno alimentario. ¿Estrategia que no contempla posibles peligros? ¿Una mirada diferente para intentar entender los dramas que atacan a los chicos de hoy? El debate parece abierto.

en debate

Sea una simple cuestión de marketing o un recurso narrativo que ayuda al debate, o caso ambas cosas a la vez, lo cierto es que cada vez son más las series en las que el gigante del streaming aborda los dramas de los adolescentes actuales, desde el suicidio, pasando por el bullying, hasta la anorexia u otros tipos de trastornos alimentarios. “No es bueno callar y fingir que hay verdades que no existen”, asegura la psicóloga Carmen Castro, especializada en problemáticas adolescentes y para quien el furor de estas nuevas series “son una respuesta a cuestiones que preocupan a la sociedad actual. ¿Si no hay que mostrar estos temas porque caemos en el riesgo de hacer apología? En ese caso habría que omitir buena parte de la historia del cine. En todo caso, el riesgo empieza cuando la línea que separa tópico y realidad no se distingue y se trivializa por exigencias de guión”.

En el trailer del nuevo fenómeno de Netflix sobre anorexia se ve a la protagonista jugando contando las calorías de la comida, juega a adivinar cuántas hay en su plato . Acierta y lo celebra y su hermana le dice casi sin inmutarse: “tenés una especie de Asperger para las calorías”.

Por trece razones, inspirada en la novela de Jay Asher (uno de los libros más vendidos en la última Feria del Libro Infantil y Juvenil celebrada en La Plata), está narrada y protagonizada por una chica que se acaba de suicidar. La trama empieza cuando sus compañeros reciben los casetes que deja explicando por qué lo hizo y quiénes tienen la culpa.

En los 13 capítulos de la primera temporada, se cuenta entonces la historia de los 13 personajes a los que la joven Hannah responsabiliza por su suicidio, tras sufrir acoso escolar y una violación. Nic Sheff, autor de la serie, debió publicar una carta abierta en la revista Vanity Fair para defenderse de quienes -un grupo de expertos en salud mental incluido- acusaron a la ficción audiovisual de apología del suicidio.

“El tema es que se puede hacer mucho daño queriendo hacer mucho bien, como en todo”, opina el psiquiatra Manuel Faraco ante las polémicas que despertó la serie televisiva. Según su visión, “lo importante es que la historia esté supervisada y respaldada por profesionales. Hay que tener cuidado para que la serie no termine siendo un medio de difusión del problema”.

con cautela

El debate se instaló en los últimos días y, como era previsible, trascendió las fronteras. Para Enrique Pérez Carrillo, presidente de la Asociación Española para la prevención del Acoso Escolar, la serie éxito de Netflix opta por una visión realista del acoso. “No muestra nada que no se sepa -asegura-; si los niños quieren llegar a ese punto pueden acceder a internet y ahí encuentran los medios para llegar al suicidio. Lo importante es que se enseñe que no hay que llegar a eso”. Según el especialista, además, todo está relacionado en el modo en que se delinee al personaje y la cautela que los directores y guionistas tengan para que no sea una conducta atractiva para los adolescentes. “Se debe mostrar la crudeza que supone para la familia, el círculo de aislamiento en el que se introduce la persona afectada y cómo se distorsionan las relaciones personales”, asegura.

Opiniones al margen, no son pocos los que ven como algo positivo que aparezcan productos que expongan problemáticas actuales y, al mismo tiempo, interpelen a la sociedad sobre sus estándares imposibles y el estrago que esto genera en las mentes más jóvenes. El debate parece abierto.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE