Una problemática que crece

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Por Hector Basile (*)

El suicidio es la segunda causa de muerte entre los adolescentes argentinos. Cada 100.000 jóvenes de entre 15 y 25 años, 12 mueren por esta causa. El número de suicidios adolescentes saltó de más de 200 en 2001 a más de 400 en 2004, llegando a los 800 en 2015.

La depresión es la causa principal que empuja hacia esta decisión fatal. Mientras que la tristeza es un estado normal que aparece motivado por alguna circunstancia y dura un breve período, la depresión es un estado psicopatológico en el que a la tristeza se le suma la falta de fuerza psicomotriz para encarar el día.

El bajo rendimiento escolar, la falta de concentración, el consumo de drogas, los cambios de personalidad o en los hábitos alimenticios suele ser la forma en la que se manifiesta la enfermedad en los adolescentes. Mientras que en los adultos las crisis de angustia o las dificultades para levantarse de la cama figuran entre los principales síntomas.

Entre los adolescentes que presencian el suicidio de sus pares existe el riesgo de conductas imitativas

Ante esas manifestaciones lo mejor es hablar con los chicos, preguntarles qué les pasa y si pensaron en el suicidio. Según las estadísticas, las chicas piensan en el suicidio más que los varones, pero son ellos quienes más logran concretarlo (4 a 1 es la tasa de muerte de varones sobre mujeres).

Es importante tener en cuenta que las personas que intentan suicidarse y no lo logran se sienten más frustradas que antes y tienen el 50% más de probabilidades de un nuevo intento en los siguientes seis meses.

Entre los adolescentes que presencian el suicidio de sus padres existe el riesgo de conductas imitativas, porque es una etapa de gran inestabilidad y vulnerabilidad.

La persona que intenta suicidarse no quiere morir sino dejar de sufrir, y es posible que en su entorno haya quienes se identifiquen con esa situación, incluso que la idealicen como un acto de valentía extremo, como quien se inmola en defensa a su derecho a no sufrir, algo muy peligroso.

La importancia de actuar rapido

Ante estos casos es importante actuar rápido. Se debe crear y promover espacios donde los chicos puedan expresar lo que sienten y para ésto hay que alentarlos a hablar. Suele pasar que los chicos se cierran y en un principio se nieguen a hablar del tema.

El dibujo también sirve para expresar sentimientos y por este medio se puede detectar a aquellos que presentan una vulnerabilidad especial.

Otro método que resulta de gran ayuda es la terapia grupal, centrada en la elaboración de la pérdida para poder vivenciar lo que pasó.

Por lo general estos casos dejan una cantidad de gente impactada más grande de lo que se imagina. Por eso, la terapia y la contención en general hay que hacerla extensiva a todos los que de algún modo se sienten afectados por el hecho para que no se repita.

(*) Médico Psiquiatra Infanto-Juvenil, miembro de la Red Mundial de Suicidiólogos

 

 

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