Gimnasia pateó el tablero con los uruguayos Dibble y Amaral

Uno ya firmó contrato y está para sumarse, el otro llegará con Racing de por medio

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Sobre la hora, con los minutos contados, pero la dirigencia de Gimnasia completó anoche el cupo de cuatro refuerzos que se había previsto ni bien comenzó la reestructuración general del plantel, que con más bajas que altas, quedó en manos de Mariano Soso, el rosarino que ha trabajado bajo el signo de un hermetismo que el miércoles alcanzó el máxima expresión cuando evitó por todos los medios que alguien pudiera ver la práctica de fútbol en el estadio.

Con Nicolás Carlos Colazo a la altura del resto, lo mismo que el paraguayo Omar Federico Alderete, los encargados de negociar por más refuerzos anduvieron buscando por diferentes caminos y tras considerar una serie de variantes, que se desvanecieron, cuando el libro de transferencias empezaba a cerrarse en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), metieron un doblete como para ilusionar.

Primero apuntaron a Plaza Colonia, de Uruguay, y a partir de una negociación lenta, pero sostenida, terminaron arreglando los términos de la transferencia de Nicolás Ezequiel Dibble, de vuelta tras una desilusionante experiencia como jugador de Peñarol, y el atacante central que llegó a nuestra ciudad el miércoles por la noche, ayer cumplió la revisión médica y firmó el contrato que lo ligará al Lobo por el término de una temporada.

De este modo, Dibble se convirtió en el tercer refuerzo para el plantel albiazul y quedó en condiciones de sumarse a los entrenamientos en el predio deportivo de Estancia Chica, lo cual podría registrarse hoy mismo en caso de no tener que regresar a su país a los efectos de completar trámites personales. Después, obvio, será cuestión de ponerse en la sintonía del entrenador para ser parte del mequipo.

El segundo objetivo de ayer fue Rodrigo Nahuel Amaral, otro uruguayo, en este caso desarrollado en Nacional, que ganó altura en los seleccionados nacionales de su país, tanto que fue campeón en el torneo Sudamericano jugado este año en Ecuador, con el agregado de haber sido máximo anotador.

Una fuente del club le había confesado a este medio que se trataba de un pase que no estaba a la altura de la economía albiazul, y que para formalizarlo se dependía de otras cuestiones. Pues bien, ayer los planetas parecieron alinearse, y por más que el pase de Amaral fue adquirido por Racing (1.500.000 por el 50 por ciento), una negociación posterior determinó que el jugador vestirá la camiseta de Gimnasia por un año, sin cargo ni opción.

Anoche, el tema era la letra chica del contrato de préstamo, pues mientras la dirigencia del Lobo reclamaba la participación en un futuro traspaso, por haber puesto a su equipo como “vidriera”, en la Academia se trataba de imponer lo contrario, e incluso imponer una cláusula de rescisión a los seis meses. Por lo pronto, anoche el jugador quedó inscripto en la AFA para Gimnasia.

 

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