Gustavo García

A los 48 años falleció Gustavo García, músico y productor, un referente de la cultura del jazz platense, dejando su huella musical y amistades por todo el mundo.

Había nacido el 7 de noviembre de 1969 en la localidad de Comodoro Py, provincia de Buenos Aires.

A los 7 años se radicó en La Plata junto a sus padres, Alfredo García y Nélida Barrales y su hermano Ariel, y a los 8 años de edad comenzó sus estudios de guitarra, continuó sus estudios secundarios en el Normal Nº 3. Su interés por la música lo llevó a empezar su periplo con sólo 24 años por Madrid (España), donde tocó con grandes músicos habiendo participado en festivales y conciertos en Estados Unidos, España, Finlandia, Francia, Túnez y Bélgica.

Su espíritu aventurero lo llevó con 30 años a saltar de continente radicándose en Los Angeles (Estados Unidos) y allí continuó sus estudios de guitarra eléctrica, armonía e improvisación en el MIT (Musicians Institute of Technology). En Estados Unidos fue miembro principal de las siguientes discografías: Random Noise, Mariano Díaz, Pop and more, Catarina New, Don`t stop now.

En Los Angeles conoció a Ana Paula Motrel, con la que entabló una relación donde juntos deciden aventurarse hacia Barcelona, donde nació su único hijo, Agustín.

En 2007 decidió instalarse definitivamente en La Plata.

Dio una tenaz lucha contra una cruel enfermedad y se lo pudo ver en conciertos con prestigiosos profesionales de la música, trabajando en producción musical y terminando su disco Orbs con varios músicos nacionales e internacionales, en avance de música electrónica con imágenes de Tite Lanchares y publicando los videos del proyecto Jazz-Rock Current Flow, junto al bajista Jorge Oss y el baterista Rubén Ducca.

Con su don de gran interlocutor y claras características de buena gente, supo cosechar el cariño de quienes lo conocieron en diferentes ámbitos y hoy lo recuerdan.

Ilusión, vida, fuerza, amor, energía, algunos conceptos que estuvieron ligados a él. Dio luz y esperanza, música y verdad, elementos con los dejó una imborrable huella en quienes disfrutaron de haber compartido diferentes momentos.