Aumenta la inquietud vecinal en Tolosa por el inicio de las obras en la zona de 1 y 32

Con los primeros movimientos de suelo en la rambla de 1 y 32, comenzará a tomar forma en los próximos días el proyecto que le cambiará la cara a uno de los principales accesos a la Ciudad y transformará la vida de miles de tolosanos: el paso vehicular y peatonal bajo las vías del ferrocarril Roca.

Diseñada para eliminar las barreras que hoy regulan el paso de los automotores, y permitir una mayor frecuencia en el servicio ferroviario, la obra impulsada por el ministerio de Transporte nacional en el marco de la electrificación del ramal entre nuestra ciudad y Plaza Constitución cuenta con el aval de las autoridades municipales, y es resistida por un grupo de vecinos, profesionales y comerciantes de Tolosa.

Quienes se oponen a la mega-intervención consideran que acabará por consolidar dos barreras urbanísticas: por un lado, la que representan los rieles a lo largo del eje de avenida 1, entre 44 y 528; y por el otro, la que se conformará con las rampas del bajo nivel, que bloquearán algunas calles hoy abiertas y obligarán a un minucioso rediseño vial en la zona.

Los autoconvocados, que creen que lo mejor sería que el ferrocarril corriera soterrado entre las estaciones de Tolosa y la cabecera platense de (1 y 44), describen el avance del proyecto como una “victoria pírrica” para quienes lo defienden.

“Viendo a las máquinas empezar a romper la rambla de 32 para dar inicio a cien años más de ciudad dividida, se me ocurre que los costos de la ‘victoria’ de ese proyecto serán tan altos que sólo es posible esperar una derrota para todos” advierte Gustavo Cremaschi, arquitecto, docente en la UNLP y referente de los autoconvocados por el soterramiento del tren.

El profesional sostiene que “no van a poder ir contra los miles de vecinos que han firmado petitorios para que el bajo nivel no se haga, ni tendrán explicaciones para los bomberos, policías o médicos que deban dar grandes rodeos para ir de los pares a los impares de la avenida 1, ni para los alumnos de algunas escuelas o los fieles de iglesias que para asistir deban dar rodeos de mil metros”.

La construcción del proyecto, que de no mediar contratiempos climáticos o financieros tomará 260 días, se traducirá en esquemas de circulación alternativos para la zona.

En una primera etapa, se abrirá calle a través de la rambla de 32, a la altura de calle 4; en la segunda, se construirán los dos puentes del tren, para lo que se interrumpirá el tránsito de 1, pero se abrirán y asfaltarán “retornos” provisorios entre 1 y 2, y entre 115 y 116.

En la tercera fase, se habilitarán el nuevo cruce semaforizado de 4 (en sentido Tolosa-La Plata) y la avenida 1, se cerrará definitivamente el cruce de calle 2 y 32, y se harán las rampas de acceso y egreso del bajo nivel.

Entre las calles 3 y 116, las ramblas arboladas dejarán paso a rampas, dársenas y guard-rails. La obra deberá esquivar un gasoducto y tuberías de agua, y borrará del mapa 75 frondosos eucaliptos y cipreses. Una vez terminada, quedará en manos del municipio.