Se sacó las esposas en un traslado, robó un arma policial y protagonizó una fuga de película
Edición Impresa | 7 de Febrero de 2018 | 05:18

Un joven de 19 años, que había sido detenido hace poco menos de una semana en la ciudad de Berisso acusado por un robo, protagonizó ayer una fuga de película luego de quitarse las esposas en un traslado, robarle el arma a un policía y casi salir a los tiros.
En medio del revuelo que generó este hecho, el prófugo golpeó a un agente y tomó de rehén a un remisero, pero al final lograron interceptarlo y reducirlo.
Según calificadas fuentes oficiales, el imputado se llama Lucas Ríos y es de nacionalidad paraguaya.
Ahora, a la causa que lo había llevado a prisión, le sumó otra más grave por “robo, resistencia a la autoridad y privación ilegítima de la libertad”.
Los mismos voceros indicaron que Ríos era llevado de la comisaría de Villa Argüello -la cuarta de Berisso- hacia la del barrio El Carmen -la tercera-, por los problemas de cupo que existían en la primera de esas dos seccionales y donde ayer se frustró una fuga masiva, tras descubrirse un boquete de 50 centímetros en una de las celdas (ver aparte).
Ríos, en circunstancias que se intentan determinar y que seguramente motivarán la intervención, no sólo del fiscal penal en turno de La Plata, Alvaro Garganta, sino además de los auditores de Asuntos Internos, logró liberarse de las esposas que le sujetaban sus manos por la espalda.
Así fue como pudo abalanzarse sobre uno de los efectivos y despojarlo del armamento.
Eran las doce del mediodía y el escándalo ya era conocido en toda la Región.
De acuerdo a una versión, el momento que habría aprovechado Ríos para iniciar su cinematográfica huida fue cuando lo bajaron del patrullero.
Si bien hubo un forcejeo apenas el joven se apoderó de una pistola nueve milímetros, perteneciente a uno de sus custodios, que terminó con heridas leves, pudo seguir con la fuga hacia la intersección de 126 y 97.
Se supo que para ganar unos metros de distancia, Ríos gatilló dos veces el arma del policía, que igualmente lo seguía corriendo, pero como no hubo disparos, se salvó de milagro.
Segundos después, por la calle 97 el evadido encontró circunstancialmente a un remisero, a quien le apoyó la pistola en la cabeza y lo obligó a que lo llevara.
En 122 y 77, mientras varios móviles llegaban a la escena, pudieron cruzar el vehículo de alquiler, por lo que otra vez se inició la persecución.
Al final, todo terminó en 122 y 69, donde, mediante un diálogo cargado de tensión, porque nadie sabía cómo iba a reaccionar Ríos, pudieron disuadirlo para que se entregara.
Asuntos Internos ya dio inicio a un sumario interno para investigar el accionar policial
Del procedimiento participaron agentes del Distrito local, a cargo del comisario Javier Scheidegger, del Comando de Patrulla de Berisso y de la propia seccional de El Carmen, a cargo de Miguel Ángel Roldán.
EN LA MIRA
Como se dijo, ahora los pesquisas deberán dilucidar, primero cómo se sucedieron los hechos, y después la actuación de los uniformados, tanto en el traslado como en la propia persecución y captura de Ríos, para determinar si alguna conducta es merecedora de recibir sanciones.
Los vecinos también se mostraron conmovidos con lo sucedido, sobre todo por la peligrosidad de la situación.
Por último, al cierre de esta edición se evaluaba un nuevo lugar de alojamiento para el acusado, que a primera hora de hoy tendrá que ser trasladado a las fiscalías para la audiencia de indagatoria, se supone, con medidas más estrictas de seguridad.
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