Camba perdió un partido increíble, no le pudo descontar a Dock Sud y se complicó
Edición Impresa | 27 de Marzo de 2018 | 05:34

Leandro Duba
lduba@eldia.com
No se puede entender cómo Cambaceres resignó los tres puntos cuando tenía todo bajo control. A esta altura del campeonato, las urgencias por sumar y conociendo que tiene la soga al cuello, no puede darse el lujo de dilapidar partidos. Y más de local. Porque al fin y al cabo, esos puntos que se resignan son los que duelen de verdad y los que pueden salvarlo o condenarlo.
La presión misma de llevar la pesada mochila del promedio y la falta de madurez para cerrar los partidos, son algunas de las cuestiones que le jugaron en contra ayer. Por eso, terminó con bronca por no haber podido redondear una actuación que había comenzado con todas las luces, pero que después, se diluyó y terminó tirando todo por la borda. Cambaceres siente que nada está perdido. Que todavía queda mucha tela para cortar. Pero lo de ayer le tiene que servir de experiencia, porque se está jugando su futuro, su honor, y sobre todo, su permanencia en la categoría.
HIZO UN PARTIDO BÁRBARO
Cambaceres tuvo un primer tiempo casi sin grietas. Porque pudo plasmar en el terreno de juego la idea futbolística que pregona su entrenar. Bien Sanseverino por izquierda, acompañado de Asteazarán y Paolorossi. También fue importante el trabajo de Palacios y Brianses.
¿Y Merlo?. Dependió muchas veces de lo que podía aportar su “estrella” el Ogro Fabbiani (excedido de peso y fuera de línea), y también de Javier Molina, quizás el jugador más importante. Camba llegó a los 9, con un disparo de Sanseverino que dio en el travesaño.
El Rojo hizo simple cada desplazamiento. Y por momentos, dominó con absoluta claridad. A los 19, avisó el Charro con un cabezazo de Molina que se estrelló en el horizontal. Pero a los 29, llegó el gol. Tiro de esquina desde la izquierda, Fabbiani que saltó para despejar, pero, terminó venciendo su propio arco.
En la parte complementaria, Camba volvió a repetir su juego. Pelota al piso, a un toque y rapidez. Pero esta vez, le faltó precisión en los últimos metros.
Después de los 15, Camba se cayó a pedazos y Merlo lo supo aprovechar. Rodrigo Bilbao, el técnico, acertó con los cambios. Mandó a la cancha a Zabaglia y Maraschi, y con ellos, la visita no sólo mejoró su juego, sino que además, encontró espacios para lastimar y terminó dando vuelta el resultado con dos jugadas. Precisamente, Zabaglia (a los 15) y Maraschi (a los 26) fueron los que amargaron a Camba y lo dejaron con las manos vacías.
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