La tarde que el Bosque habló, y los hinchas explotaron contra los jugadores

Desde el momento en que el Bicho hizo el primer gol, el estadio fue una caldera. Atardecer tenso. La gente se fue con mucha bronca

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Por WALTER EPÍSCOPO
wepiscopo@eldia.com

Hacía tiempo que el Bosque no hablaba tan claramente. No exteriorizaba un pensamiento. Por que es común que se vista de fiesta en cada partido. Que el hincha Tripero arme su propia fiesta y disfrute de su ritual de ir al “Juan Carmelo Zerillo” a ver sus amados colores, a encontrarse con los que tienen su misma “locura”. Después, hay tres resultados (ganar, empatar y perder), y el hincha lo sabe mejor que nadie. Y lo acepta como parte del juego.

Pero ayer se cansó. No fue una derrota cualquiera. Y ni siquiera la mayoría pensó que era la tercera al hilo. La gente explotó por la forma en que jugó el equipo, por la forma cansina de recorrer el campo de algunos futbolistas. Por que Argentinos le ganó prácticamente con nada. Y la tarde que venía bastante aburrida, con la gente alentando a pesar de la poca acción en el campo de juego, a los 10 minutos del complemento explotó con la llegada del primer tanto de la visita. “Hoy hay que ganar, hoy hay que ganar Basurero, hoy hay que ganar...”, pedía el Triperío.

Pero a los 25 minutos todo empeoró con el segundo gol del Bicho. “Jugadores la c..... de su madre, a ver si ponen huevos, que no juegan con nadie...”, fue la canción que empezó un grupo y que el resto se fue plegando hasta que los cuatro costados se unieron. Y cantaron varios minutos, cerca de cinco, y el descuento de Alderete que llegó como dando una esperanza del milagro que no llegaría. En ese mismo arco de 60 donde frente al mismo rival supo hacerle cuatro goles en un segundo tiempo (Contreras, Benítez, Medina y Bonifacio) y dar vuelta un 0-2 en 2015; ó de los tres goles de penal del Cabezón Dopazo en el `95. Pero esta vez no habría milagro. Sencillamente no tenía con qué...

Los hinchas desde atrás del alambrado le suplicaron al Colo Sava por el fin de ciclo de varios jugadores y pidieron (casi suplicando) por los pibes del Club. El empuje de Ezequiel Bonifacio y Eric Ramírez, la entrega del paraguayo Omar Alderete que en medios de los silbidos que hubo, recibió aplausos.

¿Los más castigados? Lorenzo Faravelli que salió reemplazado entre silbidos; y Jerónimo Barrales, a quien la mayoría reprobó antes de entrar (iban 23 del complemento). Su situación parece dificil de remontar con seis partidos por delante.

Nadie se animó a decirle absolutamente nada a Alexis Martín Arias por su error en el final, que posibilitó el tercero del elenco de La Paternal. Tantas veces el “uno” salvó las macanas de los demás (incluso ayer mismo con dos atajadas espectaculares, una en cada tiempo), que por un error meterlo en la misma bolsa.

Sencillamente el hincha ayer se cansó. Se hartó. Tal vez de muchos de los jugadores, y le pidieron a Sava alambrado de por medio, que “pase la escoba”, como se dice en el ambiente del fútbol cuando hay una renovación.

Aquella canción que por momentos se escuchó durante varios minutos (“Jugadores la c.....”) quedó flotando en el aire del Bosque en un atardecer totalmente veraniego. Tarde de torsos desnudos en la cabecera de Avenida 60 donde el sol “castigó” sin piedad a los habitantes del tablón. Enfrente, donde “La 22” despliega sus banderas, la sombra reparadora dió algo de respiro.

Sin dudas, los aplausos más fuertes, sentidos y merecidos ayer en 60 y 118, fueron en la previa del encuentro cuando salieron al campo de juego los integrantes de la “Filial Ex Soldados Combatientes de Malvinas”, con una bandera larga, teniendo en cuenta la proximidad del 2 de abril. En medio del cerrado aplauso de todos, se cantó, “y ya lo ve, y ya lo ve, el que no salta, es un inglés...”.

Los héroes de Malvinas se retiraron emocionados del campo de juego. Fue la postal más linda de la tarde, en un Bosque que empezó ilusionado, pero como hacía mucho tiempo, también explotó de bronca. Y habló. Y muy claro.

 

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