El recuerdo de un boom en los años ‘40 y ‘50

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Quienes pueden contarla, aseguran que en las décadas del ‘40 y ‘50 llegaron a funcionar más de 50 bares en los barrios platenses. En la actualidad hay sólo algunos, desparramados por los diferentes rincones del cuadrado perfecto, haciendo gala de sus barras y banquetas históricas, sus estanterías colmadas de botellas que ya no se encuentran en ningún lado, sus mesas de pool, sifones y vasitos de vermouth.

Entre los bares que bajaron sus persianas, pero que perduran en el recuerdo de muchos vecinos, se encuentran “Don Germán”, de 40 y 116; “El Cardenal”, de diagonal 74 y 119; “el del Gallego Beiró”, de 117 y 40; “El bar de Bigote”, de 5 y 39; el “Ocampos”, de 18 y 71; “El Pequi”, de 1 y 45; “Balcarce”, de 1 y 36; “Jáuregui”, con cancha de bochas incluida, de 116 entre 33 y 34; “El Rayo”, de 1 y 44; el “Copetona”, de 17 entre 70 y 71; “El Victoria”, “Los 4 Vientos”, de ellos y de tantos otros ha quedado registro en los archivos de EL DÍA.

Uno de los bares que hicieron historia fue el de los hermanos García, que estaba ubicado en 7 entre 68 y 69 –donde está ahora el “Gasolero 2”-, al que concurrían muchos vecinos a fumar un cigarro, y tomar una copa de vino, y en donde muchas veces sonaban tangos y milongas camperas.

También vale mencionar al café “El Aguila”, ubicado en la esquina de avenida 7 y plaza Italia. Ese bar perteneció a Martín Hualde y a su sobrino Pedro Mastroianni. Muchos lo conocieron como “El boliche de Ciriaco”, que fue un empleado al que le faltaba una pierna, que entró a trabajar muy joven, casi de adolescente y luego quedó al frente del bar. Martín Hualde, su hermano Pancho y Pedro Mastroianni también tuvieron durante muchos años a su cargo la confitería allende el lago del Bosque, hoy reciclada.

Según notas históricas de nuestro diario, otras paradas casi obligatorias en la ciudad, para tomar un trago o un café, han sido El Parlamento, en 7 y 51 y “El Tirol”, en 7 y 50. Más allá, el “Ponte Vecchio” y la antigua París. En 7 y 47 estaba el Bristol, en 7 y 48 La Perla, y el San Vicente, en 7 entre 46 y 47. Muchos también recuerdan a “El Pajarito”, que en la década del ‘50 estaba ubicado por la zona del Hipódromo, y al que frecuentaban peones del viejo Mercado, vareadores y jockeys.

Otro bar emblemático que perduró hasta los ‘60 estaba en 8, entre 51 y 53; en sus veladas predominaban los burreros, y fotos de caballos ganadores empapelaban sus paredes. El bar de la esquina de 23 y 72 contaba con cancha de bochas, billar, metegol y un televisor para ver los partidos de los viernes.

Probablemente, queden en el tintero muchos barcitos emblemáticos de las diagonales, que algún lector recuerde con afecto y nostalgia; los invitamos a que compartan su nombre, su dirección y alguna anécdota que rescate aquellos tiempos inolvidables, escribiendo a editor@eldia.com.

 

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