En El Retiro los usurpadores ya jaquean tierras de una sala de salud y una escuela
Edición Impresa | 22 de Agosto de 2018 | 03:07

“Esto es todo negocio... Cuando llega una familia necesitada y sin plata la sacan a machetazo limpio; pasó anteayer con un pobre tipo que vino con la mujer y cuatro nenitos. Lo agarraron los capangas de la toma y lo destrozaron, daba pena ver a los nenes llorando”.
Descarnado y áspero, el relato de Luis, un antiguo vecino de El Retiro, refleja algunos de los mecanismos que operan en la mega-usurpación que afecta desde hace veinte días terrenos fiscales -en su mayoría bajo jurisdicción municipal- comprendidos entre 46, 52, 155 y 158. Ayer, un intento por ampliar el área bajo ocupación hacia la unidad sanitaria del barrio fue repelido parcialmente por un operativo de la Comuna y fuerzas policiales, mientras se esperan determinaciones de fondo en el seno de la Justicia.
Las tierras que hasta hace algunos años fueron un sórdido depósito de automotores involucrados en causas judiciales, con centenares de chasis corroyéndose a la intemperie, habitados por alimañas de todo tipo, pasaron a formar parte del dinámico mapa de las usurpaciones el jueves 2 de agosto, cuando un grupo de unas cincuenta personas irrumpió en el eje de 155 entre 50 y 52.
Desde allí, el loteo clandestino avanzó paulatinamente en dirección sur, hacia 52 y 158, y oeste, hacia 49 y 158. Desmontando, quemando pastizales y levantando casillas de machimbre y chapa, los ocupantes abarcaron hectárea tras hectárea, cruzaron el brazo del arroyo Pérez que traza una diagonal por los campos, y ayer rodearon el predio experimental de la Escuela Agrotécnico Juan XXIII y el Centro Integrador Comunitario de El Retiro (CIC), una dependencia con funciones sociales y sanitarias.
“Llegaron a tomar y dividirse en tres lotes la canchita de fútbol al lado de la salita, que los pibes del barrio usaban para jugar todos los días, y es uno de los pocos espacios verdes de la zona” advirtió anoche una vecina: “después los hicieron retroceder, pero se quedaron atrás de un arco esperando el momento para volver”.
En un contexto en el que nadie quiere exponerse revelando públicamente su nombre y apellido, “porque hay unos malandras de la zona que andan armados y son los que están haciendo negocios”, otro de los viejos residentes en la zona advirtió que “tuvimos que salir a alambrar y reforzar los cercos de nuestros terrenitos porque se nos vienen encima por los fondos; un conocido llegó a pedirme datos para comprar unos lotes, porque hicieron correr la bola de que los venden a 20 o 30 mil pesos”.
“Es el reino del revés, ya tomaron lo que van a ser las veredas y la mismísima calle cuando abran la 158 entre 49 y 52” se precisó: “son imparables”.
Al tratarse de tierras fiscales de dominio comunal, el municipio se presentó ante la Justicia en carácter de víctima de los acontecimientos, y pidió la restitución del predio entre otras diligencias.
En el expediente que se tramita en la Fiscalía Nº8, a cargo de Hugo Tesón, y el juzgado de Garantías de Juan Pablo Masi, ya se ordenó el corte del suministro clandestino de electricidad al asentamiento, y la asignación permanente de una custodia policial. Sin embargo, el desalojo se demora, y entre los vecinos los ánimos están cada vez más caldeados.
“Estamos siguiendo muy de cerca lo que pasa en El Retiro, ante la eventual necesidad de actuar como lo hicimos hoy, y a la vez realizando las presentaciones judiciales pertinentes cuando aparecen nuevos elementos, siempre tratando de no entorpecer la instrucción de la causa” aclaró ayer Fernando Padován, titular de la subsecretaría de Seguridad platense, que funciona en la órbita de la secretaría de Seguridad y Justicia que encabeza Darío Ganduglia.
“Hemos denunciado la venta fraudulenta de terrenos, por citar sólo un ejemplo” agregó el funcionario.
CESIONES, PROMESAS Y DEMORAS
La historia contemporánea de las parcelas fiscales situadas muy cerca de la “triple frontera” entre las delegaciones de Lisandro Olmos, Los Hornos y San Carlos incluye idas y vueltas, cesiones y promesas inconclusas.
Originalmente, pertenecieron a una ancha franja rural administrada por el Ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense; en 1981 se le entregó una fracción al Colegio Agrotécnico Juan XXIII, para instalar su campo experimental y deportivo.
En 2008, los terrenos pasaron de la órbita provincial a manos locales: por la Ordenanza 10.490, el municipio aceptó “las tierras donadas por la Provincia de Buenos Aires, entre las calles 46 a 52 y de 155 a 156”, para afectarlas “al Programa Federal de Viviendas”.
Sin embargo, igual se llenaron de autos y patrulleros chocados, robados, viejos y abandonados. En 2015, tras la compactación y el traslado de esos automotores depositados durante años por la Fiscalía de Estado, y luego abandonados, el intendente local Pablo Bruera anunció la creación en el lugar del “Parque del Oeste”.
Pero enseguida suscribió un convenio con la seccional platense de la UOCRA por el que cedió sin cargo buena parte del predio para que el Instituto de la Vivienda erigiera casas, con el requisito de que fueran para los afiliados al sindicato.
La actual administración municipal considera que “las tierras deben ser para viviendas federales, sin condicionamientos ni exclusividades para un sector” por lo que busca recuperarlas.
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