Ya pasó un mes detenido y la fiscal pidió la preventiva para el ex juez Melazo

Lo mismo solicitó Betina Lacki para el ex jefe de la barra de Estudiantes, Rubén “Tucumano” Herrera y el sindicado operador judicial Enrique Quique Petrullo. Define la jueza Florencia Butiérrez

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César Melazo, el hombre que se recibió de abogado un 28 de diciembre (Día de los Inocentes), llegó a juez, renunció acorralado por un jury y fue detenido hace un mes por la sospecha de que lideró una asociación ilícita dedicada a cometer toda clase de delitos, quedó a un paso de la preventiva. En la misma situación están el ex líder de la barra de Estudiantes, Rubén “El Tucumano” Herrera, y el presunto lobbista judicial Enrique “Quique” Petrullo.

El pedido de prisión preventiva para los tres lo presentó ayer -domingo - la fiscal que le sigue los pasos a la banda desde hace cuatro años, Betina Lacki, convencida de que actuaban “en un marco de impunidad rayano con lo inverosímil”.

Será la jueza Florencia Butiérrez la que resolverá en no más de 5 días si avala este planteo, como ya lo hizo con diez de los primeros once detenidos que tuvo la causa, el 24 de julio: el ex comisario Gustavo Bursztyn; el ex policía Gustavo Mena; Javier Ronco (imputado también por un doble homicidio); Ángel “Pipi” Yalet; Adrián “Quichua” Manes (acusado, entre otras cosas, de matar a Juan Farías); Carlos Bertoni (hermano del ex futbolista Daniel Bertoni); Carlos “Macha” Barroso Luna; Héctor “Pepe” Vega; Martín Ezequiel “Gaucho” Fernández y Jorge “El Fiscal” Gómez de Saravia. El único que salió libre fue el policía Marcos Chiusaroli.

La causa arrancó en diciembre de 2010, con el asesinato de “Tecla” Farías (32) en el hall de su edificio de 44 entre 26 y 27. Lacki cree que fue un ajuste de cuentas porque Farías se quedó con parte de un botín que no debió robar -en la casa de Roberto Zapata- o porque, justamente, desobedeció al jefe. Allegados a Farías juran que él no tuvo que ver con ese escruche, pero es evidente que la banda no lo creyó así. La hipótesis de base, entonces, es que todos los mencionados formaban parte de esa organización, con roles y niveles de participación distintos. Por eso, los cargos que enfrentan no son los mismos.

Melazo está imputado por asociación ilícita (presumen que es el jefe, junto con Bursztyn), mientras que a Herrera lo procesaron por este delito y el de tráfico de influencias (le adjudican haberle conseguido a Ronco la domiciliaria con pulsera electrónica) y a Petrullo sólo por tráfico de influencias. La misma sospecha recae en el suspendido juez de Casación Martín Ordoqui, resguardado, por ahora, por sus fueros. Es que mañana el Senado bonaerense sorteará a los cinco legisladores titulares y los tres suplentes que integrarán el jurado de enjuiciamiento, mientras que la Suprema Corte elegirá a otros cinco conjueces.

En este mes que pasó desde la captura de Melazo en su increíble mansión de Gorina, otras cosas sucedieron en sintonía con este escándalo, como la detención del ex fiscal Tomás Moran en su (también lujosa) quinta de Parque Sicardi, aunque por un expediente a cargo de la fiscal María Eugenia Di Lorenzo y el juez Pablo Raele.

El ex funcionario está imputado de “concusión (pedir dinero para mejorar la situación de un imputado), encubrimiento agravado e incumplimiento de los deberes de funcionario público”.

Esta causa tiene puntos de contacto con la de la megabanda, ya que Ronco denunció que Moran le había exigido 30 mil dólares para mejorar su situación en la investigación por el doble homicidio que lo tenía como imputado y por el que estuvo con domiciliaria hasta que cayó preso, a pedido de Lacki.

El doble crimen ocurrió el 5 de enero de 2008, cuando María Martini y Carlos Rodríguez aparecieron baleados en un auto, en el camino Negro. Rodríguez habría obtenido fuertes sumas de dinero con “escruches”, que invertía en la compra de autos que presuntamente dejaba en consignación en la agencia de Ronco. Este habría tenido tuvo fuertes diferencias con Rodríguez por los montos obtenidos de esas ventas, lo que se barajó como posible móvil del doble crimen.

En definitiva, ladrones, policías, barras, convictos y empresarios dudosamente prósperos, aparecen mencionados en las escuchas junto con jueces, fiscales y camaristas cuyo trabajo era investigarlos.

En una de esas grabaciones aparece “Kichua” diciéndole a un amigo: “El cuñado de (Javier) Ronco es el Tucumano Herrera, socio de Melazo... Nah, las cosas que me contó este pibe... Todos son los que estaban en el Día del Amigo en lo de (el comisario) Bursztyn... Bursztyn está millonario, se puso un corralón, son todos socios, El Tucumano Herrera, Melazo, Bursztyn, en muchos negocios y la noche también... claro yo que soy nadie, un cuatro de copas, te hacen pelota estos...”.

El procurador bonaerense, Julio Conte Grand, dijo al diario La Nación que en la justicia de La Plata hubo una “prevalencia de niveles de corrupción”, y aunque aclaró que “no está todo cooptado por la deshonestidad. Se naturalizó la corrupción dentro del Poder Judicial”. Consideró que “el caso de la banda de los comisarios de La Plata es mucho más grave” que el de los cuadernos, “porque cortó transversalmente a toda la sociedad: hoy tenemos comprometidos a jueces, camaristas, fiscales. También hay comprometidos barrabravas, comisarios, abogados. Poder político. Y lo que viene es peor”, porque “se avanzará sobre otros ámbitos del Poder Judicial”, anticipó.

Como ya se ha dicho, el final de esta historia parece -todavía- lejano.

Matrícula
Después de renunciar como juez de Garantías para sortear un jury por mal desempeño, César Melazo prometió volver a dedicarse al Derecho. Pero el Colegio de Abogados de La Plata ya analiza suspender su matrícula, por el artículo 26 de la ley 5177: está imputado en un delito doloso.

 

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