Accidentes y dramas por la presencia de automotores en playas
Edición Impresa | 2 de Enero de 2019 | 03:37

En los pocos días que lleva la temporada veraniega la presencia de automotores en las arenas de las playas atlánticas, sea que se hable de cuatriciclos, areneros, jeeps o camionetas 4 x 4 se ha traducido ya en varios accidentes, con el dramático saldo de la vida perdida de una pequeña criatura en uno de los balnearios, arrollada por una camioneta.
De esta manera vuelven a plantearse en algunos balnearios, como en una suerte de eterno retorno, episodios lamentables que debieron haber sido evitados hace años, ya que resulta impostergable revertir, de una vez por todas, el grado de permisividad e indisciplina existentes en lo que concierne al empleo de cuatriciclos y otros vehículos en lugares tan concurridos como las playas.
En las últimas horas fue un adolescente de 13 años de edad el que resultó herido al accidentarse con un cuatriciclo que conducía en la zona de Médanos de Pinamar. El accidente se produjo cuando el chico manejaba un cuatriciclo de competición por los médanos del norte de Pinamar.
Cabe señalar que efectivos policiales y municipales junto a Seguridad Vial de ese distrito aseguraron que realizan controles todos los días y frecuentemente secuestran cuatriciclos a quienes no cumplan con las reglamentación. Pero muchos logran burlar a los inspectores y uniformados con ayuda de los familiares. Por ejemplo, maneja el adulto hasta pasar el control y luego le sede el vehículo al menor para que continúe andando.
Tal como se ha señalado reiteradamente en esta columna, el problema no es nuevo ni exclusivo de Pinamar, ya que se presenta en casi todos los balnearios atlánticos y es muy poco -por no decir absolutamente nada- lo que se ha avanzado en resolverlo.
Hasta hace ocho años, inclusive, existía un peligroso vacío legal acerca de las características de los cuatriciclos y de los requisitos exigibles para su manejo, algo que luego se reglamentó pues quedó prohibido que lo conduzcan menores de 16 años de edad. Pero el problema no se circunscribe al uso de cuatriciclos, ya que existen balnearios muy concurridos en la costa atlántico cuyas playas se ven invadidas por toda clase de vehículos, que además circulan a altas velocidades cerca del mar o en el sector de los médanos.
Se impone, por consiguiente, un análisis integral y profundo de este tema, en busca de reglamentar con mucha precisión el uso de vehículos automotores en las playas, precisándose los lugares en los que pueden hacerlo, demarcando con señalización muy precisa y visible esa alternativa, además -claro está- de prohibir a todo trance el manejo de esos vehículos a menores de edad.
Evitar al mínimo los riesgos que pueden causar, fijar las responsabilidades existentes para quienes conducen estos vehículos, así como la de los adultos responsables y la de aquellos que alquilan cuatriciclos o motos, determinar en forma fehaciente por qué lugares pueden circular, y definir los resguardos que deben adoptar los conductores (como el uso obligatorio de cascos y pecheras, por caso) parecen ser, entre otros, algunos de los recaudos mínimos que hacen falta para verificar y, en su caso, legalizar el uso de vehículos en las arenas de la costa atlántica.
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