Atrapados por las llamas: ni los famosos se salvaron en Los Ángeles del incendio forestal

El basquetbolista LeBron James y el actor Arnold Schwarzenegger tuvieron que abandonar sus casas en mitad de la noche

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Un incendio forestal estalló ayer cerca del famoso museo Getty Center en Los Ángeles, que ya destruyó varios hogares y forzó la evacuación de miles de personas, entre ellos varios famosos, en otro foco de la emergencia que azota a California por las llamas.

El llamado Getty Fire estalló durante la noche del domingo cerca de una autopista y se extendió rápidamente hacia el sur y el oeste, quemando 202 hectáreas y obligando a la gente a salir de sus hogares.

Entre ellos estaba LeBron James, estrella de los Lakers de Los Ángeles, que relató en Twitter cómo tuvo que salir de su casa en el elegante barrio de Brentwood durante la noche.

“Estos incendios en Los Ángeles no son broma”, escribió. “Tuve que evacuar mi casa de emergencia y he estado conduciendo con mi familia tratando de conseguir habitaciones. ¡No ha habido suerte hasta ahora!”, se quejó el deportista.

El actor y ex gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, dijo que tuvo que abandonar su casa junto a su familia.

“Evacuamos a salvo a las 3:30 de la mañana”, indicó en Twitter. “Si está en una zona de evacuación, no haga tonterías. Salga de allí. Ahora mismo estoy agradecido por tener los mejores bomberos del mundo, los verdaderos héroes que asumen riesgos por proteger a sus vecinos californianos”, aseguró.

El Getty se une a la serie de incendios forestales que azotan California en la última semana, forzando evacuaciones masivas y cortes de electricidad que afectan a millones.

El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró el domingo el estado de emergencia en todo el estado cuando un incendio -bautizado Kincade- en la región vinícola de Sonoma, al norte de San Francisco, se expandió sin control debido a los fuertes vientos, obligando a evacuar a 180.000 personas.

Kincade, que estalló el miércoles pasado, había arrasado un área de más de 26.700 hectáreas, o 267 km2, según el boletín del lunes de mañana, que precisó que solo estaba contenido en un 5%.

Los bomberos combaten otra decena de focos desde la última semana, alimentados por los vientos, la baja humedad y las altas temperaturas.

Ya seguros en un refugio en Petaluma, California, las personas forzadas a evacuar por el Kincade recordaron cómo tuvieron que salir apresurados.

“La policía vino con altavoces. No nos lo esperábamos”, dijo Kathy Amundson, que huyó con su madre de 90 años de edad, atada a una silla de ruedas. “Parece que nuestra casa está segura ahora, pero el miedo es que el viento siga soplando y genere nuevos incendios”.

Otros no tuvieron tanta suerte. Las llamas destruyeron decenas de casas y viñedos, incluyendo la famosa bodega Soda Rock, de 150 años de antigüedad.

“Hemos visto las noticias, estamos devastados”, expresaron los propietarios en un mensaje en Facebook, en el que agregaron que todo el personal de la bodega, ubicada en la ciudad de Healdsburg, 112 km al norte de San Francisco, está a salvo.

Por lo menos dos hospitales en Santa Rosa evacuaron a sus pacientes durante el fin de semana.

Las autoridades dijeron que más de 3.000 personas luchan contra el incendio Kincade, el que no esperan que sea totalmente contenido antes del 7 de noviembre.

Los bomberos intentan evitar que el fuego se extiendan hacia el oeste, rumbo al Océano Pacífico, áreas que no han experimentado incendios desde la década de 1940 y donde la vegetación es densa y seca, lo que proporciona combustible para las llamas.

 

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