El Congreso se diferenció de Macri y condenó el “golpe de Estado” en Bolivia

Las resoluciones fueron aprobadas con votos mayoritarios del peronismo. Fuerte descontento radical en la Cámara baja

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Por MARIANO SPEZZAPRIA

@mnspezzapria

En un pronunciamiento paralelo de la Cámara de Diputados y el Senado, el Congreso caracterizó como un “golpe de Estado” el quiebre institucional de Bolivia. En forma mayoritaria, los legisladores se diferenciaron del gobierno de Mauricio Macri, que no calificó así a la renuncia de Evo Morales y la autoproclamación de Jeanine Áñez como presidenta interina del país vecino.

Tanto en la Cámara alta como en la baja, los votos mayoritarios para condenar el golpe en Bolivia partieron de las bancadas del Frente de Todos, la coalición que llevará a la Presidencia a Alberto Fernández desde el 10 de diciembre. Pero entre los diputados provocó más ruido político la rebelión de un grupo de radicales que amenazó con fracturar la unidad de Cambiemos.

La votación a mano alzada entre los diputados tuvo lugar pasadas las 21, luego de que fracasara una negociación para consensuar un texto único, que naufragó porque el jefe del interbloque de Cambiemos, Mario Negri, quiso agregar un rechazo al “fraude electoral” que a criterio del oficialismo cometió Evo Morales en la antesala de la crisis que derivó en su salida del poder.

En la Cámara baja, a Negri le costó mantener la unidad de los diputados que durante los últimos cuatro años defendieron a la administración Macri, pero que ayer dieron señales de que no acatarán a pies juntillas el liderazgo del Presidente saliente porque -como oposición- ya no tendrán que avalar “posiciones de Estado” sino de un espacio político.

La mayoría de los diputados radicales, incluido el propio Negri, enfrentó la postura del PRO –que se alineó con Macri-, pero finalmente primó la necesidad de no ofrecer una imagen de fractura frente al peronismo reunificado que salió en defensa de Evo Morales.

Ayer también la Asamblea Legislativa justo antes de la sesión especial por el caso de Bolivia, proclamó a la fórmula Fernández-Fernández ganadora de las elecciones. Por ende, el clima político que se respiró en la Cámara de Diputados fue de festejo por parte del FdT –la marcha peronista atronó varios minutos en el recinto- y de resignación entre los legisladores de Cambiemos, que tiene que dejar el poder.

En ese contexto, la intervención del diputado Felipe Solá –mencionado como futuro canciller de Alberto F.- anticipó el realineamiento que le aguarda a la Argentina en materia de política exterior: “Estamos partidos, divididos, atomizados, obedeciendo órdenes de otro, que no parten de América Latina”, dijo Solá en tácita referencia al Gobierno de Donald Trump. La misma lógica había desplegado minutos antes la vicepresidenta electa Cristina Kirchner a través de un tuit desde Cuba: “Se ha instalado una nueva moda en Latinoamérica: parece que a los presidentes ya no los eligen los pueblos…Ahora, se autoproclaman con gran patrocinio mediático e inmediato reconocimiento de ya sabemos quién”, escribió.

LOS “LILITOS” Y LOUSTEAU

Mientras los distintos sectores de la alianza peronista se mostraron en la misma sintonía respecto del “golpe de Estado” en Bolivia, en el arco no peronista hubo diferencias manifiestas. Al desmarque radical se plegaron diputados de la Coalición Cívica –como Paula Olivetto- y de Evolución, el bloque de Martín Lousteau, en la voz de Carla Carrizo.

No obstante, en esos espacios hicieron notar el “proceso fraudulento” que protagonizó Evo Morales en la antesala de su renuncia. En el peronismo, en cambio, no hubo ningún diputado que aceptara los “abusos de poder” que se atribuyeron al ex presidente boliviano asilado en México. “Su renuncia fue escrita por alguien que sintió una pistola en la cabeza”, dijo Felipe Solá.

Dentro del PRO, en tanto, la postura distintiva la marcó el bonaerense Daniel Lipovetzky, quien dijo que “no hay dudas de que en Bolivia hubo un golpe de Estado” y recordó que trabajó junto a Antonio Cafiero, quien solía repetirle que “cuando hay que defender la democracia, no debe haber especulaciones políticas”. También pidió que hubiera una resolución única de la Cámara baja.

En el Senado, mientras tanto, el debate transcurrió por carriles similares a los de la Cámara baja. El oficialismo en retirada resaltó el “fraude” electoral de Morales y el peronismo, que en tres semanas sentará en la presidencia del cuerpo a Cristina Kirchner, insistió en que se condenara en primer lugar el “golpe de Estado”. El debate terminó con 29 votos positivos y 8 abstenciones.

 

 

 

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