Acentuar los cuidados para mejorar la seguridad alimentaria

Edición Impresa

Las advertencias formuladas por especialistas en nutrición, destinadas a que los consumidores conozcan mejor las características de cada alimento que ingieren, interpretando debidamente los textos de las etiquetas de los productos, evitarían, de ser atendidas, muchas enfermedades y colaborarían con una mejor comprensión del sistema de salud.

Un artículo publicado en este diario dejo en evidencia, en cambio, la existencia de un pronunciado descontrol sobre la calidad de los alimentos, derivada muchas veces de la ignorancia de los consumidores para interpretar cabalmente la información que proporcionan los envases, cuyas etiquetas contienen información, a veces, difíciles de entender.

¿Los consumidores saben que una rodaja de pan de salvado tiene hasta tres veces más sodio que una de pan blanco? ¿O que una galletita sin salvado posee más de 250 miligramos de sodio cada 100 gramos? A la hora de controlar la ingesta de alimentos, los compradores se encuentran, muchas veces, frente a las etiquetas de los productos sin saber muy bien qué dicen.

Una de las especialistas consultadas respondió a esos interrogantes. Sostuvo que lo primero que se debe leer en una etiqueta es el peso neto y el tamaño de la porción. Luego hay que revisar el listado de nutrientes. En la columna de porcentajes de requerimiento diario (% VD) se podrá ver si el alimento es alto o no en nutrientes. Si se busca limitarlos, es preciso encontrar alimentos que contengan un valor bajo de ese nutriente y viceversa. Hay que tener en cuenta que un alimento es bajo en un nutriente cuando es menos del 5 por ciento y es alto cuando tiene más de un 20 por ciento. El sodio, por ejemplo, hay que elegirlo bajo, en tanto que las fibras debe tener un valor alto, explicó.

Se detalló también que los macronutrientes -hidratos de carbono, carbohidratos, azucares o glúcidos- aportan 4 calorías por gramo de hidrato de carbono y se encuentran en forma natural en muchos alimentos como los vegetales y las frutas, la leche y derivados como el yogur o de forma refinada como el azúcar y en todos los productos industrializados que lo contienen. En las etiquetas suelen aparecer en los ingredientes con nombres como jarabe de alta fructuosa, jugo de caña, miel, etc.

A su vez, las proteínas resultan fundamentales para el crecimiento, la renovación celular de los tejidos y también aportan 4 calorías por gramo de proteína. Están constituidas por aminoácidos, algunos de los cuales son esenciales.

Se ha dicho ya en esta columna que el Estado debe poner mayor empeño en las contribuciones a una alimentación adecuada y sana de la población. Lejos de ser un tema menor, tiene una fuerte incidencia en la salud pública. Los especialistas destacan siempre que los comportamientos nutricionales adecuados están asociados a la seguridad alimentaria y, en ese marco, deben ser promovidas en forma constante todas aquellas medidas encaminadas a la mejor elaboración y manipulación de los alimentos, así como las campañas que ayuden a generar conciencia por parte de los consumidores y a que lleven una dieta sana a partir de esas precauciones básicas.

El respeto por parte de los productores de los principios que hacen al debido rotulado de los alimentos, con el listado de nutrientes que los componen, constituyen parte de las precauciones que deben adoptarse, muchas de las cuales incumben, como se ha dicho, a los consumidores finales.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE