Una borrasca textil

Edición Impresa

Por NICOLÁS ISASI

nisasi@eldia.com

Una borrasca se produce por la alteración de vientos y lluvias en una región donde la presión atmosférica es más baja que la del aire circundante. Cómo atravesar las tormentas se preguntan los artistas de esta obra en el flyer de promoción. Quizás sobre el final de la misma, el espectador pueda pensar en una posible respuesta.

“Borrasca” comienza con tres personajes difíciles de clasificar zambulléndose y revolcándose desesperadamente en medio de un remolino de trapos, telas y ropajes viejos. Varios minutos transcurren solo entre miradas de los primeros tres personajes que permanecen casi inmóviles. Una mujer sobre unos escalones se eleva por encima de los otros dos personajes con aires desafiantes, envuelta en una inmensa tela. La segunda mujer huele cada prenda con instinto animal y el tercer personaje de esta historia viste un traje marrón, aunque le falta la cabeza. Solo observamos sus piernas y brazos que también buscan y revuelven este remolino textil. Frente a esa inhóspita atmósfera el desconcierto del espectador es cada vez más abrumador.

“La borrasca se desencadena generando en el cuerpo el despertar de lo que tiene que morir, en algún espacio o en algún tiempo. Imponiendo encuentros con eso que hasta entonces nos nombraba” aclara La compañía Tecito y a la cama, surgida hace cinco años con el objetivo de conformar ciclos de diferentes temas en formatos de obras cortas. “Borrasca” está coordinada por Sebastián Loinaz, Soledad Morales y cuenta con las actuaciones de Agustina Bermúdez, Aldana Asorey, Emilia Iacovino y Diego Bailen. Ellos apelan al uso de lo gestual y lo físico desde la técnica del clown, mientras que los coordinadores experimentan con juegos de tensiones agobiantes faltas de ritmo comparables a ciertos pasajes wagnerianos. Entre gritos, jadeos y risas los personajes construirán sus personajes desde un lugar de extrañamiento: situaciones irreales con personajes irreales. Un hombre sin cabeza parece jugar o establecer una relación con una de esas mujeres, y entre tantas telas que van y vienen, descubren al cuarto personaje de esta historia.

En medio de estos vientos inesperados, el espectador no permanecerá relajado, sino que intentará buscar a alguien o algo reconocible dentro de ese entramado desconocido. Solo un breve texto, turbado y ambiguo, se pronuncia sobre el final con la última integrante de este cuarteto. Todo ello sin un solo diálogo. Por momentos la música invade la escena y nos acerca o nos aleja de esa atmósfera de baja presión, propia de la borrasca inicial.

 

Para Agendar
“Borrasca”. De la Compañía Tecito y a la cama en Teatro Escudo (10 e/60 y 61). Sábado 21hs.

 

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