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Espectáculos |Tendencias en la pantalla

La revolución sexual será televisada

Cada vez más shows muestran la intimidad de forma honesta y exploran tabúes en torno al sexo con afán didáctico: “Big Mouth”, “Sex Education” y “Pen15”, últimos ejemplos de una ola imparable

La revolución sexual será televisada

“Masters of Sex”, serie pionera en explorar las problemáticas sexuales en la pantalla / Web

12 de Febrero de 2019 | 02:34
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Poliamor, pansexualidad, perreo, aplicaciones de citas y encuentros casuales, selfies desnudas: vivimos en una era sexualmente desconcertante, una era de múltiples posibilidades que, seguro, siempre existieron, pero tapadas, sin mucha información y con mucho secretismo alrededor.

Y la tevé parece estar no solo reflejando en sus pantallas esta nueva revolución sexual, sino incluso empujándola: el cine y la televisión han sido parte de la educación sentimental, intelectual y sexual de la sociedad desde hace más de un siglo, enseñándonos a besar, a expresarnos, incluso a amar, y tomando ese rol de maestros amatorios durante eras donde de eso no se hablaba.

Y hoy, cuando se habla de eso en los programas de las tres de la tarde, las pantallas parecen redoblar su apuesta, subvertir los modos en que históricamente han retratado los encuentros carnales y, en un mix de terapia y educación sexual en frascos de media hora, poniendo en escena de forma honesta las problemáticas del sexo, desde los miedos y exploraciones en torno a la orientación sexual y la asfixia de la monogamia a los problemas de performance y enfermedades y dificultades derivados de las exploración de los cuerpos.

Seguro, hace rato la televisión muestra cuerpos desnudos en todo su esplendor: esa revolución comenzó cuando la pantalla chica se disoció del aire y, sin la necesidad de masividad de los canales básicos, con el cable llegaron propuestas diferentes para un público más adulto.

Pero este casi adolescente impulso de mostrar (casi siempre cuerpos femeninos) ha dado paso en los últimos años a una nueva creatividad a la hora de filmar el sexo, con tres características reconocibles: el reconocimiento de que casi todos estamos en terreno donde casi todos somos inexpertos (que ha provocado el destierro de esas escenas perfectamente iluminadas, de encuentros sexuales que llevan a profundos éxtasis, y a cambio han aparecido encuentros mucho más desarticulados e incómodos); la admisión de que las mujeres también disfrutan del sexo, y disfrutan del sexo en la pantalla (si se piensa en ellas cuando se realizan las escenas); y la utilización del sexo no solo como un momento de erotismo, sino como una herramienta narrativa, que dice algo del estado de los personajes y las parejas en escena.

Es que mostrar encuentros sexuales de forma honesta, desprolija e igualitaria en pantalla no es solo una cuestión de políticas corporales, de posibilidades iguales de deseo y fantasías menos frustrantes: es también una forma de atrapar al espectador hacia la historia con un tipo de escena que antes, por remanida, repetida hasta el cansancio, a menudo distraía al espectador, lo sacaba de la historia.

Pero ahora shows como “The Americans” cuentan a través del sexo, por ejemplo, cómo una pareja de espías de la KGB trabajando de forma encubierta pasan del sexo misionero (cuando su relación está convaleciente, arrutinada) a practicarse sexo oral mutuamente (cuando reencuentran la llama de la pasión). De la misma forma, el sexo en “Girls”, otra serie rupturista en este sentido, asomó poco convencional en su momento, hasta desagradable, por romper las convenciones de ese tipo de escenas, pero lo que hacían era narrar lo que las chicas protagonistas debían soportar para tener un poco de intimidad, y lo mal que se comunicaban con sus parejas.

La tevé parece estar no solo reflejando la nueva revolución sexual, sino empujándola

 

El show creado por Lena Dunham para HBO es el perfecto ejemplo de cómo la honestidad sexual televisiva ha traído una apertura, un sinceramiento, al sexo, que colabora a borrar tabúes y desterrar estereotipos. Así, nuevos shows como “The Fall”, “The Good Wife”, “Orphan Black”, “Broad City”, “You’re the worst” y “Orange is the new black”, son parte de la ola, aparentemente imparable, de series que, al fin, retratan de manera natural y genuina las actividades sexuales de sus protagonistas femeninas. Su deseo no las lleva a la perdición, no son juzgadas: es parte de su camino, de su intento de descubrirse.

Educación sexual

Pero la nueva televisión no solo utiliza los actos íntimos para narrar, sino también para enseñar a tener sexo y , de paso, expandir las fronteras de lo concebido tradicionalmente como actos sexuales: la ficción que inauguró esta tendencia fue “Masters of Sex”, que narra entre romances cruzados la historia de uno de los primeros médicos en estudiar de forma científica la sexualidad, y fue pionera entre las ficciones que, a través de mostrar los tabúes en torno al sexo, enseñaron. Lo más increíble de aquella serie fue comprobar como muchos de los miedos y enfermedades en torno a la sexualidad han sido ya explicados por la medicina hace medio siglo, pero por permanecer en el área de los temas que no se tratan, millones de personas continúan sufriendo.

En Argentina, el debate en torno a la educación sexual en las escuelas continúa, pero la tele ya se ha arremangado para realizar la tarea: siguiendo el ejemplo de “Masters of Sex”, este año aterrizó la popularísima “Sex Education”, que desde su título anuncia sus intenciones. Posiblemente una de las mejores representaciones del sexo y la sexualidad que pueden ver hoy en día los jóvenes, la serie escapa a las típicas problemáticas de los shows y películas sobre la adolescencia (básicamente, perder la virginidad) y a través del humor explora y elimina tabúes, mientras entre historias de adolescentes confundidos en la marea de los primeros encuentros sexuales le explica a su audiencia que no hay que desesperar, no hay que ceder a presiones y hay que aprender a disfrutar y comunicarse. El sexo, siempre, está lejos de ser perfecto, pero si se desdramatiza, puede dar lugar al siempre revolucionario goce.

En la sombra de “Sex Education”, que puede verse por Netflix, asoman varias series con las mismas intenciones: la brillante “Big Mouth” explora de manera absolutamente desfachatada el despertar sexual en un grupo de preadolescentes, mismo camino que toma “Pen15”, recientemente estrenada en Hulu y que parte de la premisa de los problemas de dos mejores amigas en la secundaria para navegar sin prejuicios, y con mucho humor (el humor parece ser una clave en lo que se refiere al sexo), los problemas reales de esos años de confusión.

Y otras series tienen una aproximación más convencional, clásica, a los problemas de la adolescencia (“Elite”, “Derry Girls”, “Baby”, “Alex Strangelove”), pero reflejo de este cambio de paradigma, tocan temáticas y problemáticas candentes, desde la diversidad sexual al abuso y la prostitución.

“Sex Education” también explora la sexualidad en los adultos, como lo hace “Wanderlust”, otra serie que puede verse en Netflix y retrata desde el punto de vista de la psicología cómo la voluntad de “abrir el matrimonio” de una pareja conduce por vías a la vez excitantes y peligrosas. Mientras series como “Easy”, “Lovesick” o Tu, yo y ella” reflejan la sexualidad en el siglo XXI, y otras como “Looking” y “Transparent” ponen en escena como nunca el sexo LGBTQ (al igual que con los adolescentes, la problemática en torno a este colectivo no se reduce ya a la salida del closet), shows como “El método Kominsky” se animan incluso a mostrar el sexo, y sus problemas, en la tercera edad.

Los ejemplos son casi infinitos: la sexualidad aparece como tema en casi todos los shows de esta nueva era televisiva. Vivimos, efectivamente, en lo que la crítica de televisión del New Yorker Emily Nussbaum definió como “una tierra de las maravillas televisiva, sucia y honesta”.

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