Vidal redobla la presión sobre los gremios para que las clases comiencen el 6 de marzo

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Por: Mariano Pérez de Eulate
 

mpeulate@eldia.com

Con la reelección como objetivo político central para este año, la gobernadora María Eugenia Vidal prácticamente se ha obsesionado con lograr que el ciclo lectivo bonaerense arranque el 6 de marzo próximo. Sabe que se enfrenta a la dureza del Frente de Unidad Docente, un espacio con el que no pudo cerrar civilizadamente la paritaria salarial del 2018. Por eso es que el gobierno provincial ha diseñado una estrategia de fuerte presión pública sobre los sindicatos: quiere discutir el aumento de sueldos sin paros de por medio y bajo la premisa de que deben cumplirse los 181 días de clases del calendario oficial.

Lo que se busca es no repetir el extenso conflicto del año pasado, que dejó el récord histórico de 29 días sin clases. Intramuros, en el vidalismo se ha analizado como un error que dañó parte del capital político de la gobernadora la falta de resolución de ese entredicho con los gremios.

Cuando sean convocados a charlar, los docentes probablemente reciban una oferta similar a la que el gobierno le presentó al resto de los trabajadores estatales: un 20% en varios tramos e instancias de revisión de acuerdo a la inflación real. Los maestros ya rechazaron este esquema en forma verbal, algo que aparentemente se repetirá cuando se realice la oferta formal. De hecho, en los despachos oficiales se da por descontada la posición inflexible de los docentes y se apunta, sobre todo, a Roberto Baradel, el líder del Suteba, uno de los gremios con más peso.

Es en este contexto que desde la Dirección de Cultura y Educación se han empezado a contactar con diversos referentes de la cultura, el espectáculo y el deporte para procurar sumarlos a una suerte de campaña pública en favor de que los alumnos no pierdan días de clases. Algo así como un pedido para que se concrete una de las máximas de la lógica salarial vidalista: que las discusiones se realicen con “los chicos en las aulas”.

Se aclara: no sería una campaña explicitamente en contra de los gremios sino a favor de los mentados 181 días de clases. Si se concretan las charlas que, por ahora, son reservadas, se verá a actores y deportistas abogando por el diálogo y la concordia. Se haría, sobre todo, a través de redes sociales, un espacio en el que el oficialismo se siente muy cómodo

No es todo. En Educación le están dando mucha manija a lo que ellos denominan “mesas distritales”, integradas por referentes que tienen la misión de militar “todo lo hecho” en los tres años de gestión vidalista y de reforzar la idea de “no tener a los alumnos como rehenes” de la discusión salarial con los líderes sindicales. Hace un par de semanas, este diario ya contó que el esquema estaba en marcha. Un objetivo no declarado en forma oficial, pero reconocido fuera de micrófonos, es captar a los docentes que se sientan incómodos con la dureza negociadora de Baradel y sus colegas gremialistas.

En este sentido, el oficialismo juega una carta política: la supuesta próxima candidatura de Baradel a un cargo electivo por el kirchnerismo, algo que se anunció con carteles y pasacalles pero, en rigor, el principal interesado nunca confirmó. Tampoco lo descartó.

Estas mesas distritales educativas tendrían un cierto correlato en la calle: se analiza que la necesidad de respetar el ciclo lectivo sea uno de los temas que introduzcan los dirigentes de Cambiemos cuando se retomen los “timbreos”, esa modalidad de campaña permanente -no siempre agradable para el timbreador en tiempos de caída económica- que inauguró Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires y terminó derramándose a todo el país. Y, según un cronograma oficioso que en su momento reveló este diario, hasta se preveé una marcha “en defensa del inicio de clases”.

Otro de los ejes con los que el vidalismo quiere poner en el ring de la discusión con los líderes sindicales es el estado de las escuelas. Los gremios suelen quejarse del deterioro de los establecimientos pero desde el gobierno suelen responder que la inversión en infraestructura no se ha achicado. Ahora, por lo que trascendió, pondrán sobre la mesa el debate sobre el vandalismo en las instituciones públicas, que es una de las razones del mal estado de las aulas.

Hay un dato cierto: es común ver cotidianamente que en los distritos pintaron la pared de alguna escuela, rompieron ventanas, forzaron rejas o, peor, iniciaron un incendio de forma intencional. Desde Educación están dispuestos a jugar con la idea de que los gremios están “llamativamente poco comprometidos” con esta situación.

Fuentes de Cambiemos ofrecen números que, por ahora, no son difundidos en forma oficial: entre diciembre de 2018 y enero pasado se registraron más de 70 episodios de robo y/o vandalismo en escuelas públicas de la Provincia. Sólo el mes pasado, hubo más de 40 hechos, lo que casi duplicó los que se evidenciaron en enero del año pasado. En todo 2018, los episodios vandálicos fueron 131.

Un dato: siempre según fuentes de Educación, los distritos en los que más se repitieron este tipo de hechos vandálicos fueron en La Plata y en Berisso. En esa ciudad, por ejemplo, incendiaron por completo la biblioteca de la Secundaria Nº 1, lo que más allá de la destrucción de un espacio importante para la comunidad, representó un gasto extra para el Estado de 3 millones de pesos. O en La Plata, se registaron destrucciones intencionales en escuelas de Villa Elisa y Villa Elvira.

 

 

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