Horacio García Valenti

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Un sinnúmero de expresiones de pesar provocó el fallecimiento, a los 69 años, del reconocido veterinario y académico Horacio García Valenti, quien cumplió una dilatada trayectoria profesional y se volcó casi por entero, y con una particular vocación, a la docencia en distintas universidades del país. Su zenit fue, en ese sentido, el cargo que ocupó como decano de la facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLP.

Hijo de Norberto García Zerillo y Lilia Valenti, había nacido en La Plata el 10 de noviembre de 1949. Creció junto a su hermano mayor, Gerardo -fallecido-, en una casona del centro platense.

Médico veterinario promoción 72, se especializó en cunicultura. Tal fue su inclinación a la enseñanza que durante los primeros años de carrera universitaria cursó, de forma paralela, las materias que en el Normal Nacional Nº 3 lo iban a habilitar para el ejercicio del magisterio.

Desarrolló un vasto recorrido académico, que comenzó frente a las aulas como profesor de la cátedra de Genética en las facultades de Ciencias Agrarias de las universidades de Lomas de Zamora y de Río Cuarto y en la de Veterinaria de la UNLP.

Entre 1986 y 1989 fue decano de la unidad académica local.

Muy consustanciado con su labor docente, García Valenti cumplió numerosas tareas a lo largo de su carrera. Fue jefe de la Misión Argentina de Evaluación del proyecto de Investigaciones Conjuntas entre la UNLP y la Universidad de Tokio; a través de ese cargo se dedicó a analizar becas. Además, fue consejero directivo del INTA; asesor de la Presidencia de la UNLP en la gestión de Ángel Plastino; rector en la Sede de Comahue de la UFLO (Universidad de Flores); y prosecretario de Posgrado en la UNLP, función que ocupó hasta su retiro, en el 2009.

García Valenti fue un férreo defensor de la universidad pública y gratuita.

Le encantaba el fútbol y fue un fanático hincha -y socio vitalicio- de Estudiantes de La Plata.

Era un hombre que disfrutaba de los contextos naturales, y fue un apasionado de la pesca, la lectura, el mate y los días de playa.

En la vida hogareña se destacó como un gran cocinero. Amante del buen comer y beber fue, asimismo, un excelente anfitrión.

Estuvo casado en primeras nupcias con Silvana Fiorato, con quien tuvo cuatro hijos: Carolina, Guillermina, Josefina y Agustín, quienes le dieron cuatro nietos; Simón, Bruno, Ámbar y Olivia.

Alejandra Cotignola fue su compañera en los últimos años.

 

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