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Información General |YA SON CERCA DE UN MILLAR LOS ARRIBADOS AL PAÍS

El ingreso de médicos venezolanos a hospitales desata una dura discusión

Mientras los gremios lo consideran una forma encubierta de precarización laboral, los impulsores de la iniciativa la defienden como un medio para cubrir puestos vacantes en pequeñas localidades del interior

El ingreso de médicos venezolanos a hospitales desata una dura discusión
Nicolás Maldonado

Nicolás Maldonado
nmaldonado@eldia.com

24 de Marzo de 2019 | 02:04
Edición impresa

Desde principios del siglo pasado Argentina no recibía un aluvión inmigratorio tan grande como el protagonizado actualmente por los venezolanos. Por el colapso económico y social de Venezuela, unos 130 mil venezolanos llegaron en los últimos tres años a nuestro país. Y gran parte de ellos lo hicieron trayendo casi como su único recurso un título profesional. Pero en una Argentina con un alto índice de desempleo, su inserción laboral resulta bastante dispar. Mientras que algunos sectores, como el de la ingeniería, están absorbiendo gustosos esa mano de obra calificada, en otros su proceso de inserción parece generar tensiones. Es el caso del de la salud.

A mitad de semana, la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia (CICOP) se pronunció en contra de la incorporación de médicos venezolanos al sistema público de salud. Su rechazo -como aclararon las autoridades del gremio- no es hacia los profesionales extranjeros sino “hacia una política del gobierno provincial que se vale de su necesidad de trabajo para tapar la crisis” de los hospitales bonaerenses, una de cuyas principales manifestaciones son las guardias médicas que quedan sin cubrir.

“Las becas de extranjeros que les ofrecen a los médicos venezolanos para cubrir guardias en hospitales -guardias que quedan vacantes por las malas condiciones de trabajo y su baja remuneración- no son más que un mecanismo de precarización laboral: no contemplan aportes previsionales, no prevén licencias y, como no forman parte de la carrera hospitalaria, tampoco garantizan ninguna estabilidad”, explica Fernando Corsiglia, vicepresidente de la CICOP.

“Se está utilizando a los médicos venezolanos como un manotazo de ahogado ante la falta de personal, un problema que no obedece a que falten profesionales sino a que las condiciones laborales y la remuneración que ofrece el gobierno bonaerense son tan malas que nadie quiere trabajar así”, afirma Corsiglia, quien se muestra preocupado por el impacto que esa política podría tener sobre la calidad de atención. Y es que desde el momento en que los médicos extranjeros, a diferencia de los nacionales, “no concursan para entrar a trabajar en hospitales -explica-, no hay forma de garantizar su calidad profesional”.

DEL QUIROFANO A LA BACHA

“Estamos abiertos a que revisen nuestras credenciales profesionales. Lo único que queremos es trabajar de lo nuestro y devolverle a Argentina un poco de los que nos dio”, afirma Yang Alvarez desde la Asociación de Médicos Venezolanos en Argentina en nombre de unos 900 colegas suyos que se encuentran hoy en nuestro país. En su gran mayoría generalistas -aunque también hay entre ellos cirujanos, pediatras, ginecólogos, anestesiólogos y médicos de otras especialidades- su principal aspiración pasa en este momento por lograr una rápida integración laboral.

Como explica Yang -que es generalista y llegó a Argentina en 2017 desde el estado de Oriente- volver a ejercer profesionalmente es un proceso que a los médicos extranjeros puede tomarles cerca de un año, el tiempo que demanda la revalidación del título y la tramitación de la matrícula profesional. Mientras tanto a muchos de ellos, que en ocasiones llegan con sus familias y el dinero justo para instalarse, no les queda más que aceptar cualquier trabajo para subsistir. Es así que no resulta raro encontrarlos al volante de remises, haciendo repartos en moto o lavando platos en la bacha de un restaurante.

Esa necesidad apremiante de volver a ganarse la vida de lo suyo es “lo único que diferencia” a los médicos venezolanos recién llegados de sus colegas argentinos, explican en la Asociación. “La mayoría de nosotros llegamos en los últimos dos años y no podemos concursar para cargos médicos porque no tenemos la ciudadanía aún. Pero muchos hemos validado ya nuestro título y contamos con matrícula profesional, lo que nos permite trabajar en un hospital provincial como becarios o en uno municipal con un contrato temporal. Cualquiera sea el caso, lo hacemos con el mismo sueldo, las mismas condiciones y la misma responsabilidad que el resto de los médicos”, afirma Yang.

También desde el ministerio de Salud de la provincia niegan que los médicos venezolanos estén menos capacitados y que las becas de radicación por las que ingresan a trabajar en hospitales impliquen una precarización laboral. “Son un mecanismo que existe desde hace años para que médicos extranjeros, que tienen su título convalidado por el ministerio de Educación de la Nación y la matrícula provincial otorgada por el Colegio de Médicos puedan ser contratados por cualquier entidad para ejercer su profesión”, explica Leonardo Busso, el subsecretario de Atención a la Salud.

Como señala Busso, esta forma de ingreso “mal podría servir como un mecanismo de precarización si se considera que los hospitales bonaerenses tienen alrededor de 12 mil cargos médicos y las becas de radicación otorgadas por la Provincia no superan las 150 en total”.

“UN RECURSO VALIOSISIMO”

Sean muchos o pocos, puedan ya ejercer o estén validando aún su título profesional, para la diputada provincial Vanesa Zuccari (UCR), los médicos venezolanos que han llegado en los últimos años a Argentina constituyen “un recurso valiosísimo que no se puede desaprovechar”. Oriunda de Carlos Salas, un pueblo de 300 habitantes al oeste de Lincoln que siempre ha sufrido la falta de médicos, Zuccari fue una de las primeras en respaldar a la Asociación de Médicos Venezolanos para que puedan insertarse a nivel provincial.

“Utilizan la necesidad de trabajo de los médicos venezolanos para tapar la crisis”

Como relata la diputada, el proceso comenzó el año pasado cuando el gobierno nacional creó una comisión especial para tratar de direccionar el enorme flujo de emigrantes venezolanos con formación profesional que venían arribando al país; y el Círculo de Legisladores Nacionales, un ente autártico que depende del Congreso, comenzó a trabajar con la Asociación de Médicos Venezolanos para facilitar su inserción laboral.

Desde entonces ya son cinco las provincias que han incorporado profesionales venezolanos a sus sistemas de salud. Y la primera es la de Buenos Aires, donde serían 129 los médicos que están ya en actividad.

“Los médicos venezolanos que han llegado en los últimos años a Argentina son un recurso valiosísimo”

 

La iniciativa “partió de dos necesidades complementarias: por un lado, la de cientos de profesionales que están llegando a Argentina en medio de una crisis humanitaria; por el otro, la de decenas de pequeñas localidades del interior bonaerense que carecen de médicos para atender la demanda de su comunidad”, cuenta Zuccari, quien asegura que “nadie busca usar a los profesionales venezolanos como mano de obra barata ni aprovecharse de su situación: se les paga lo mismo que al resto por una carga de trabajo similar”.

“En esto no deberían entrar en juego las ideologías -se queja la legisladora, quien asegura que le duele la postura adoptada por CICOP-.

Estamos hablando de la necesidad de miles de personas del interior bonaerense que históricamente han sufrido las dificultades de acceso a la salud. Y lo más triste es que lo sufren no porque falten médicos en la Provincia sino porque los médicos prefieren instalarse en las ciudades cabeceras, lo que priva de atención a las familias que viven en pequeños pueblos del interior”.

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Yeng Alvarez, Integrante de la Asociación de Médicos Venezolanos en Argentina “ “La mayoría de nosotros llegamos a Argentina en los últimos dos años y no podemos concursar para cargos médicos porque no tenemos la ciudadanía aún. Pero muchos hemos validado ya nuestro título y contamos con matrícula profesional, lo que nos permite trabajar en un hospital provincial como becarios o en uno municipal con un contrato temporal. Cualquiera sea el caso, lo hacemos con el mismo sueldo, las mismas condiciones y la misma responsabilidad que el resto de los médicos. Estamos abiertos a que revisen nuestras credenciales profesionales. Lo único que queremos es trabajar y confiamos en poder devolverle a Argentina un poco de lo que nos dio”.

Fernando Corsiglia Vicepresidente de CICOP No estamos rechazando a los médicos venezolanos que aspiran a ejercer en nuestro país sino a una política del gobierno de la Provincia que se vale su necesidad de trabajo para tapar la crisis del sistema de salud. La beca para extranjeros por la cual están ingresando a cubrir guardias en hospitales -que hoy quedan vacantes por las malas condiciones de trabajo y su mala remuneración- no es más que un mecanismo de precarización laboral: no contempla aportes previsionales, no prevé licencias y, como no forma parte de la carrera hospitalaria, tampoco garantiza ninguna estabilidad. Pero lo que más nos preocupa es que al no ingresar por concurso como el resto de los becarios, no hay forma de forma de garantizar su calidad profesional.

Vanesa Zuccari Diputada provincial La intención de incorporar médicos venezolanos al sistema de salud partió de dos necesidades complementarias: por un lado la de cientos de profesionales que están llegando a Argentina en medio de una crisis humanitaria; por el otro, la de decenas de pequeñas localidades del interior bonaerense que carecen de médicos para atender la demanda de su comunidad. Nadie busca usar a los médicos venezolanos como mano de obra barata ni aprovecharse de su situación: se les paga lo mismo que al resto por una carga de trabajo similar. La diferencia está en que la mayoría de los médicos argentinos hoy no quieren instalarse en el interior, prefieren las ciudades cabeceras, y así miles de vecinos de pequeñas localidades no tienen cubierto su derecho a la salud.

Leonardo Busso Subsecretario provincial de Atención a la Salud “Las becas de radicación no son de ninguna manera una forma de precarización laboral sino un mecanismo que existe desde hace años para que médicos extranjeros, que tienen su título convalidado por el ministerio de Educación de la Nación y la matrícula provincial otorgada por el Colegio de Médicos, puedan ser contratados por cualquier entidad, pública o privada, para ejercer su profesión. Pero además, mal podrían servir como un mecanismo de precarización si se considera que en los hospitales bonaerenses tienen alrededor de 12 mil cargos médicos y las becas de radicación otorgadas no superan las 150. El país está recibiendo muchos médicos venezolanos con grandes necesidades y si la Provincia pueda darles una mano se las va a dar”.

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