El imperio contraataca: cómo Disney amenaza al planeta de la “N” roja y se apodera del cine

La semana pasada, Disney anunció el lanzamiento de Disney+, su esperada plataforma on demand, y, como se esperaba, desembarcará con un catálogo impresionante. Marvel, Star Wars, Pixar, Disney: el servicio incluirá todos los clásicos, pero además el estudio promete realizar series de sus más importantes franquicias, lo que entre muchos provocó que dejaran de preguntarse si sería suficiente para amenazar la supremacía global de Netflix, con 140 millones de usuarios en todo el mundo, a plantear que el cambio de trono solo es cuestión de tiempo.

Pero, claro, es difícil pensar que Netflix acepte manso entregar la corona, por lo que en este juego de tronos, la guerra recién ha iniciado. A continuación, analizamos qué significa y cómo cambia el panorama del streaming el anuncio de Disney.

EL PRECIO

El primer cimbronazo que propone Disney es el precio: cobrará la suscripción a Disney+, que se lanzará hacia noviembre en Estados Unidos y avanzará al resto del mundo durante los dos años siguientes, 7 dólares al mes, dos dólares menos que la tarifa básica de Netflix pero casi la mitad de la tarifa “multipantallas” de la N roja, el sistema de suscripción más común.

“La mayor sorpresa, (es) el precio: 6,99 dólares, muy por debajo de lo que muchos esperaban”, dice Alan Wolk, de la consultora de TVREV, especializada en el sector. “También es un servicio sin publicidad, lo que fue inesperado, porque podíamos haber creído que propondrían un modelo híbrido, con opciones para incluir o no anuncios, como Hulu”, una plataforma de Disney, continúa Wolk.

Hulu es parte de la siempre expansiva familia Disney, pero no volcará su contenido a Disney+, sino que continuará al margen, ofreciendo contenidos más adultos. Sin embargo, la gran familia de Netflix es también otra ventaja: no solo ofrece un catálogo gigantesco de tentadoras franquicias a la plataforma, sino que además permite armar paquetes que sumen a la plataforma familiar una pata deportiva (ESPN) y otra más adulta (Hulu), por ejemplo.

EL CATALOGO

El catálogo no trajo ninguna sorpresa, aunque quizás el ver todo junto sí generó un impacto en las redes. “Tapen con diario a Netflix”, aventuró alguno al ver que Disney+ ofrecerá todas las películas animadas de Disney y Pixar, todos los clásicos de la casa del ratón como “Mary Poppins”, los documentales de National Geographic, la saga completa de “Star Wars” y los 21 filmes del universo cinematográfico de Marvel hasta la fecha.

LE PUEDE INTERESAR

Lo que dejó “Game of Thrones”, en cinco impresiones

LE PUEDE INTERESAR

Jimena Monteoliva: “Las mujeres éramos vistas como público de comedia romántica o drama”

Pero además, creará nuevo contenido, exclusivo para la plataforma, de esas marcas, desde un documental de “Frozen 2” a series sobre el universo galáctico de George Lucas (la titulada “The Mandalorian”, y otra sobre Cassian Andor, con Diego Luna) y la saga superheroica de Marvel (habrá un programa sobre El Halcón y el Soldado de Invierno, Tom Hiddleston encabezará una serie sobre Loki y Elizabeth Olsen y Paul Bettany protagonizarán un show sobre Scarlett Witch y Visión).

Para el final del anuncio, Netflix guardó uno de sus platos fuertes: la reciente adquisición de Fox le permitirá subir al servicio su frondoso catálogo, que incluye, por ejemplo, las 30 temporadas de “Los Simpsons”, clásicos televisivos como “Malcolm” y cinematográficos como “La novicia rebelde”.

LO QUE SIGNIFICA

Disney ingresará con esa lista increíble de material por la puerta grande a la guerra del streaming, mientras la mayoría de los servicios comenzaron con un catálogo ajeno y han ido poco a poco construyendo sus propias bibliotecas de material, clave a la hora de pensar en una expansión global (los productos ajenos suelen estar atados a diferentes compañías, canales y distribuidoras según el país). Ahora, en el camino de construir un catálogo hecho 100% de producciones originales, Netflix llenó la grilla de películas y series apresuradas, diseñadas para aprovechar ciertas tendencias en la audiencia que detectaban sus algoritmos pero sin el control de calidad más importante. ¿Cuál es, hoy, la serie emblema de Netflix? En esta primera etapa han privilegiado cantidad sobre calidad, y Disney aparece ahora con un catálogo donde, en cambio, suma cantidad y calidad, con una filmografía que fue construida a lo largo de los años, durante décadas, con mayor cuidado puesto en cada producción.

Al observar también el precio moderado de Disney+, Neil Macker, analista de Morningstar, piensa que “incluso si está menos desarrollado que el de Netflix, el catálogo de Disney+ será mejor en términos de calidad”.

Disney sabe, sin embargo, que el consumidor busca la novedad, y por eso buscará proveer a sus suscriptores de series de sus poderosas franquicias, marcas que ya tienen un público asegurado y que, por ende, acercarán clientes. Netflix, en cambio, tiene que crear sus franquicias desde cero.

Sin embargo, Netflix está instalado, y ofrece un volumen mucho mayor de novedades por mes que el que promete Disney: la cantidad y la familiaridad serán dos de sus principales armas.

LA BATALLA

Habrá que ver si en este juego de tronos, o ganás o morís, o si los espectadores eligen dos o tres servicios on demand, y ambos coexisten. Pero de cualquier manera, Disney quiere entre 60 y 90 millones de suscriptores dentro de cinco años, y algunos analistas creen que con el tiempo podría superar los 140 millones de suscriptores de Netflix.

Para Laura Martin, analista de Needham & Co, “Netflix no puede ganar” la batalla, considerando el precio y el catálogo propuesto por Disney+. Según sondeos, los consumidores en Estados Unidos planean suscribirse a dos o tres servicios de video en línea, lo que significa que Disney+ debilitará a Netflix, explicó.

Sin embargo, algunos especialistas del sector creen que puede ser más difícil de lo esperado luchar contra los grupos tecnológicos, en general más ágiles que los tradicionales como Disney.

Para John Meyer, del fondo de inversión Transpire Ventures, Netflix mantendría la ventaja durante algún tiempo. Disney, señala, podría “crear un pequeño nicho (de mercado)” en las familias y los jóvenes espectadores, pero esto no representa una amenaza seria para Netflix por ahora porque su fuerza reside en su conocimiento muy fino de los gustos de los consumidores.

“Es un grupo de tecnología y la información que obtienen de sus millones de suscriptores les da un poder tremendo, lo que les ayuda a diseñar contenido original para complacerlos”, dice Meyer.

TAMBIÉN LA TAQUILLA DEL CINE

Netflix cuenta con la agilidad de los jóvenes, pero Disney es un gigante imparable que por prepotencia de dinero quiere fagocitar todo. De hecho, ya redujo a cinco los grandes estudios de Hollywood, al comprar Fox, y los demás estudios sufren a su sombra: menos gente va al cine en esta era de privatización de la experiencia audiovisual, pero quienes van, eligen Disney.

En Estados Unidos, el principal mercado, el efecto de concentración todavía no es tan marcado (aunque, por ejemplo, este fin de semana la nueva producción de Laika, “Missing Link”, naufragó en las boleterías) pero en los cines de Argentina no son solo las películas independientes, nacionales o europeas las que palidecen ante el aparato publicitario y la cantidad de salas de los filmes de Disney; cintas como “Shazam” o “Nosotros”, apuntadas a un público juvenil y de géneros habitualmente exitosos, no consiguieron llevar el público esperado. Mientras peor andan, más desplazadas quedan: la máxima que supo aplicarse a los otros cines, se aplica hoy también al cine de Hollywood que no llegue asociado a Disney.