El Paseo del Bosque no debe ser una gran playa de estacionamiento
Edición Impresa | 7 de Abril de 2019 | 04:21

Una simple observación del lugar en los horarios centrales y la sucesión de notas publicadas en los últimos meses en este diario reflejan que la zona del paseo del Bosque platense –especialmente aquellas áreas más próximas a la Escuela Anexa y a distintas facultades de la Universidad Nacional de La Plata- se caracteriza por un creciente embotellamiento de autos, por el descontrol y contaminación que los vehículos generan, así como por haberse convertido en una suerte de megaplaya de estacionamiento. Se trata, por cierto, de un fenómeno incompatible con las características privilegiadas del más tradicional y mayor pulmón verde de la Ciudad.
Uno de los puntos de mayor concentración vehicular es el sector comprendido por las calles internas de las facultades de Ingeniería y Ciencias Exactas. Allí se aprecia un verdadero embotellamiento en los horarios pico, según se detalló en el informe publicado en este diario en días anteriores. En esa área se concentran los autos que estacionan docentes y alumnos, de modo que las calles resultan angostas para el caudal de vehículos que las transita.
Algunas autoridades de las facultades dijeron haber colocado vallas para evitar los estacionamientos, en lo que resulta ser una lucha constante que se ve malograda, ya que, tanto esos obstáculos como unos más pesados durmientes de quebracho instalados luego, son removidos también para dejar los vehículos allí.
Cabe consignar que en distintos lugares del Bosque se emplean diversos tipos de estacionamiento, ya sea dejando los vehículos paralelos al cordón o ubicados a 45 grados en otros casos, mientras que otro buen número de automóviles son dejados sobre el pasto, invadiendo canteros y zonas de césped. Todo vale, para quedar cerca de las aulas. Es claro que, además, el estacionamiento medido en la zona céntrica hace que muchos automovilistas busquen en distintas áreas del paseo del Bosque un espacio para estacionar, de modo que el abarrotamiento de vehículos no responde en forma exclusiva a la presencia de facultades, de la Escuela Anexa o del Colegio Nacional.
Hace ya muchos años que los expertos vienen alertando sobre el dilema del tránsito que enfrenta La Plata. Ocurre que, a partir del explosivo crecimiento del parque automotor, advierten que no existen salidas fáciles ni duraderas para un problema que demanda soluciones de fondo. Algo más de 20 mil automóviles nuevos se suman por año a las calles platenses; esto es, una superficie equivalente a casi doce manzanas repletas de vehículos estacionados uno al lado de otro.
Hasta hace poco tiempo, algunos vehículos estacionaban en el Bosque, ocupando los primeros metros de la avenida Iraola. Sin embargo, en la actualidad se encuentra superpoblado de automóviles estacionados en la mayoría de sus calles. Tal como se dijo, se trata de una verdadera desnaturalización de uno de los patrimonios más ricos de la Ciudad, que cuenta, entre otros atractivos, con el Zoológico, el Museo de Ciencias Naturales, el Lago, el teatro Martín Fierro, el Observatorio Astronómico, el Planetario y las canchas de Estudiantes y Gimnasia. Esta situación, además, implica riesgos para las personas que acuden a ese paseo con fines aeróbicos o de esparcimiento .
Las autoridades debieran valorar las sugerencias que proponen los urbanistas, que apuntan al desaliento al ingreso de automotores particulares a vla zona céntrica; al fomento de un transporte público de pasajeros eficaz, económico y no contaminante; a la existencia de más bicisendas; a la solución integral del estacionamiento, sea con la construcción de playas subterráneas o de superficie lejos del centro o al tendido de un sistema como el del Metrobus que alivie a las avenidas principales, entre otras medidas indispensables. Lo que está claro es que el paseo del Bosque no fue creado para que se convierta en playa de estacionamiento.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE