Parkinson, un mal con mejores pronósticos

Edición Impresa

Diagnósticos más precoces y un abordaje multidisciplinario -que incluye numerosas opciones farmacológicas, sumado a kinesiología, fonoaudiología, alimentación adecuada, tratamiento psicológico e incluso terapias alternativas- permiten a la persona con Parkinson tener una calidad de vida cada vez mejor, aseguraron especialistas, ante la conmemoración del Día Mundial de esta enfermedad, que tendrá lugar pasado mañana.

“Si bien no existe todavía la cura de la enfermedad, hoy tenemos tratamientos farmacológicos y una serie de recursos que van desde la kinesiología, la fonoaudiología o la indicación de una dieta, hasta talleres de tango, yoga, aqua gym o acupuntura”, describió Ricardo Maiola, médico del Programa de Parkinson y Movimientos Anormales del Hospital de Clínicas.

En este abordaje integral de esta enfermedad, Maiola remarcó que “la actividad física es tan importante como la farmacológica porque quienes la hacen tienen una mejor adaptación de la función motora a los cambios que se van produciendo”.

La Enfermedad de Parkinson (EP) es la segunda enfermedad neuronal más frecuente después del Alzheimer y degenera progresivamente el sistema nervioso central.

Sus síntomas característicos son rigidez muscular, lentitud en los movimientos, o temblores de distintos tipos.

“Además de estos trastornos motores existen otros llamados cognitivos, como ser dificultades en el habla, principalmente en la fonación y la articulación de palabras”, explicó Graciela Cersósimo, jefa del Programa del Clínicas.

EL ROL DE LA COMUNIDAD

“Acompañando estos síntomas -continuó- se presentan otros que van más allá de lo físico. La EP tiene un impacto psicológico. Las limitaciones son progresivas así como es progresiva la enfermedad, por eso la persona necesita aprender a convivir con su mal, no a sufrir sino a convivir con él”.

En este sentido “el rol de la comunidad y sobre todo de la familia incide en el éxito del tratamiento, consigue generar alternativas de apoyo para mantener el bienestar y permite la integración de las personas”, sostuvo la especialista.

Por su parte, José Luis Etcheverry, neurólogo del servicio involuntario de INEBA (Instituto de Neurociencias Buenos Aires) destacó que “en la actualidad existe un mejor diagnóstico de la enfermedad, lo que genera que se comience en forma más temprana con los tratamientos mejorando el pronóstico”.

“Existen una gran variedad de fármacos y un tratamiento no farmacológico que incluye rehabilitación, kinesiología, terapia ocupacional, fonoaudiología (sobre todo para aquellos que tienen afectada la deglución), estimulación cognitiva, y abordaje psicológico y psiquiátrico”, indicó.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE