Sigue vivo en cada acelerada
Edición Impresa | 3 de Mayo de 2019 | 04:01

Por EDUARDO TUCCI
En mayo de 1994 nos dejaba el ídolo y nacía la leyenda. El Williams-Renault de Ayrton Senna se estrellaba en vivo y en directo contra el muro de cemento de la curva de Tamburello en el Gran Premio de Imola. Pasaron 25 años del momento en que el automovilismo perdió a uno de sus principales cultores de toda la historia. El hombre carismático que lo había logrado todo a bordo de un auto de carrera nos dejaba a los 34 años.
“Un piloto excepcional, con un encanto particular” como lo definió uno de sus rivales en la pista había nacido en San Pablo, en marzo de 1960, disputado 161 Grandes Premios, entre 1984 y 1994 con un balance de tres títulos mundiales con Mc Laren (1988, 1990 y 1991), 41 triunfos, 65 pole positions, 80 podios y casi 3.000 vueltas al frente en carreras de la máxima categoría del automovilismo mundial.
Estadísticamente fue menos veces campeón que otros notables de la especialidad: Michael Schumacher (7 títulos), Hamilton y nuestro gran Juan Manuel Fangio (5), Alain Prost y Sebastian Vettel (4), pero lo suyo resultó notable por la idolatría que le tributaron desde las tribunas de todo el mundo y el enorme respeto dentro de la pista.
“Lo que me asombra es hasta qué punto Senna todavía está presente. No pasa un Gran Premio sin que sea mencionado o aparezca en una pancarta”, apuntó el periodista francés Lionel Froissart, cercano al brasileño y seguidor de todo lo que tiene que ver con la F1.
Las crónicas también resaltan que “Era un gran ser humano, con principios y valores”, según rememora Ron Dennis, su jefe en McLaren. “Fue realmente bueno todo el tiempo que pasó en este planeta. Es duro encontrar un aspecto positivo al hecho de que tuviera un accidente y perdiera la vida, pero eso también quiere decir que no asistimos a su declive”, sostuvo en una frase por lo menos extraña.
Aquel fin de semana de hace dos décadas y media que se llevó a Senna resultó dramática: su compatriota Rubens Barrichello había sufrido un grave accidente el viernes y el austríaco Roland Ratzenberger había muerto el sábado, lo que amplificó notablemente el impacto.
Las maniobras más espectaculares, los récords notables y la magia de su manejo no se olvidarán pese al paso del tiempo. Como tampoco la recordada rivalidad con Alan Prost con quien compartió equipo en Mclaren en 1988 y en 1989 y al que luego enfrentó encarnizadamente hasta el retiro del “profesor” francés de 1993.
Lewis Hamilton—pentacampeón, ganador nato en cualquier trazado—reconoce que Senna le “sirvio” de inspiración cuando era un niño: “Es un héroe y lo seguirá siendo siempre” asegura para afirmar que “No conocía bien su personalidad, así que lo que me gustaba es más lo que él representaba, aquello contra lo que se alzaba y de lo que era capaz de hacer al volante”.
Pasaron 25 años desde aquel 1º de mayo pero en cada acelerada, cada vez que se encienda la luz verde y flamee una bandera a cuadros el recuerdo del brasileño seguirá vivo en cualquier pista del mundo.
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