“Mi mujer me raja”, dijo el acusado de liderar del mayor tráfico de armas de la historia argentina
| 28 de Junio de 2019 | 00:27

Los 21 hombres detenidos en todo el país en el marco del denominado "Operativo Palak", que descubrió una presunta organización que abastece armamento a grupos criminales brasileños y derivó en el secuestro de un arsenal cuyo valor es de entre 150 y 200 millones de dólares, son aficionados a las armas, practican tiro y poseen grandes colecciones en sus casas.
Fuentes ligadas a la pesquisa dijeron que el dato no pasó inadvertido a los investigadores, ya que los sospechosos fueron detenidos en lugares muy distantes de la Argentina como la localidad bonaerense de Martínez y las provincias de Santiago del Estero o Córdoba y todos tienen el mismo pasatiempo.
Uno de ellos es Ricardo Deisernia (53), apresado en su casa de la calle Pringles al 2500 de Martínez y supuesto líder de la banda, quien tenía un depósito con gran cantidad de fusiles, subfusiles y ametralladoras al que efectivos de Gendarmería llegaron al descubrir una puerta blindada detrás de un estante.
Cuando los efectivos entraron a la propiedad, el hombre estaba escondido en ese depósito y pedía que no filmaran las armas, las cuales estaban colgadas de la pared, como en exhibición, indicó un vocero.
Las fuentes indicaron que Deisernia, apodado el "Tuerto Richard", tenía como actividad legal “reparaciones eléctricas del tablero e instrumental de autos, reparación y recarga de baterías, instalación de alarmas, radios, sistemas de climatización”, de acuerdo a lo que figura en varios registros.
"Listo, de esta me separo. Mi mujer me raja", habría dicho Deisernia, según trascendió, cuando la Gendarmería entró a su casa con una orden de detención en mano y la acusación de ser el cerebro detrás de un monumental contrabando de armamento.
Pero además establecieron que contaba con antecedentes judiciales en el país y en los Estados Unidos, donde registra causas en los estados de Florida y Ohio por importación y fabricación de armas de fuego y contrabando de bienes, excepto drogas, según surge de bases de datos públicas de la Justicia.
Otro de los detenidos es un odontólogo de Bahía Blanca que tenía un búnker detrás de su consultorio, donde se hallaron 45 armas, mecanismos para la formación de equipamientos de esas armas, rearmado de balas, municiones y cuchillos, según explicó el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco.
Al parecer, estos fanáticos se contactaron y montaron una organización que enviaba armamento a la ciudad paraguaya de Pedro Caballero y, de allí, llegaba a manos de miembros de Comando Vermelho y Primer Comando Capital, las más peligrosas organizaciones criminales de Brasil.
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