Pese al acueducto, el agua de la canilla aún genera dudas en Gonnet y Castells
Edición Impresa | 13 de Julio de 2019 | 03:55

Para muchos vecinos de Villa Castells y Gonnet, el funcionamiento del Acueducto Norte que se ejecutó para poner fin a la salinidad del agua y brindarles un servicio potable, es todo un misterio, porque a pesar de que Absa anuncia que la obra está concluida, se preguntan por qué la empresa sigue entregando agua envasada e incluso hubo vecinos que señalaron que, al tomar el agua de red, se descompusieron.
“El agua que llega por la red muchas veces se corta, pero además todavía nadie nos dijo con seguridad si es apta para el consumo”, dijo un vecino de la zona a este diario.
En ese marco, tanto la delegación de Gonnet como el Centro Comunal de Villa Castells confirmaron que reciben diariamente los camiones de Absa cargados con bidones de agua potable. La provisión llega dos veces por día y en cuestión de algunas pocas horas se termina.
En ambas dependencias se recibe el suministro a eso de las 10 y por la tarde, cerca de las 15.
“El agua llega a la mañana y a la tarde y por lo general se entregan todos los bidones, no queda nada”, contó una empleada del centro de Villa Castells.
En la delegación de Gonnet pasa algo similar, el agua envasada que Absa les deja se acaba en un par de horas. “Tenemos una lista de vecinos que hacen reservas, otros vienen directamente y si hay se llevan uno o dos bidones”, comentó una empleada.
Es que además de que los vecinos conviven con el fantasma de que el agua no es de la calidad esperada, con frecuencia sufren problemas con la presión del suministro, entonces tratan de tener bidones para las actividades mas esenciales vinculadas al consumo.
“Nos siguen entregando bidones, pero hay un gran sector de Villa Castells en el que las calles no tienen red de agua y tienen que hacer una, algo que todavía no se ve”, agregó una de las personas afectadas.
El acueducto se empezó a construir en junio de 2017 y el plazo inicial era para marzo de 2018
El agua que extraen de los tanques instalados por Absa o los bidones que se entregan en las delegaciones, son las únicas posibilidades de acceder a la que necesitan para el consumo, por eso los vecinos remarcaron que no ven la hora de que se finalicen las obras.
Como se recordará, la gente de una amplia zona de Villa Castells y Gonnet padece la falta de agua potable en sus domicilios desde 2016; el problema llegó incluso a la Justicia y un juez confirmó que el servicio que se brindaba a las viviendas en esos lugares no era apto para el consumo humano, a la vez que dispuso que la empresa Absa, entregara bidones de agua a los afectados. Según se informó, esa medida se vio acompañada por la advertencia de que la concesionaria no debía cobrarle por un servicio que se brinda en forma parcial.
Lo único que demandaron los usuarios en todo momento fue recibir agua potable, exenta de los niveles de alta salinidad y de la turbiedad que se detectó tiempo atrás.
En ese contexto, muchos vecinos insistieron con que la situación que viven es desesperante, al carecer por completo de agua en muchas ocasiones y por entender que el producto es de “dudosa” potabilidad.
En varias oportunidades en Absa se dijo que el acueducto “se encuentra en servicio” y que “continúan las tareas destinadas a realizar ajustes de presiones en la red y en los drenajes”, atribuyéndose a esos trabajos la turbiedad del agua que llega a los domicilios y asegurando que el problema se presenta sólo en ocasiones puntuales.
Sin embargo, la entrega de bidones es para los vecinos una clara señal de que el agua que reciben en la red no es todo lo buena que debe ser para poder ser consumida.
Más allá de muchas explicaciones técnicas, miles de usuarios de una zona densamente poblada se encuentran atravesando penurias por el agua desde hace más de tres años.
Por eso cientos de familias enfrentan el día a día condicionados por la falta de agua, penando para poder llenar sus tanques, abastecidos por hilitos de agua que, para peor, carece de calidad.
Muchos se ven aún obligados a dirigirse a la delegación donde se les entregan en forma gratuita dos bidones por día, en una situación que se vuelve especialmente molesta para quienes no cuentan con vehículo propio.
También se habilitaron en algunos lugares tanques de agua, de los que se surten los vecinos, pero se registraron algunos accidentes e incluso mucha gente puso en duda la calidad del agua almacenada allí.
Para Absa está todo bien
EL DIA consultó a Absa con relación al servicio que se ofrece en la zona que estuvo afectada por la salinidad de las napas y la firma informó que el Acueducto Norte se encuentra en funcionamiento desde los meses de verano. “Los parámetros son normales en relación a la ley Provincial 11820. La entrega de suministro alternativo, mediante bidones (1600 por día) y cisternas fijas (39 en total), seguirá vigente debido al cumplimiento de la medida preventiva a la cual se ajusta la empresa”, se comunicó.
Se indicó además que la empresa toma a diario mediciones tanto de calidad como de presiones, ya que a medida que se incrementa el envío de agua a la red, se detectan posibles pérdidas en las cañerías. A raíz de los inconvenientes se informó que se hacen tareas complementarias como recambio de válvulas, reemplazo de tuberías antiguas por otras modernas de mayor diámetro, cierre de mallas e interconexiones de la red, entre otros.
Las acciones de ajuste comenzaron en el mes de enero, en simultáneo con la puesta en marcha del Acueducto. ”El Acueducto Norte es abastecido de agua superficial debido al incremento en la producción de de la Planta Potabilizadora Donato Gerardi, de Punta Lara”, se informó.
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