Que el VAR no tape las dudas reales
Edición Impresa | 4 de Julio de 2019 | 03:03

Por EDUARDO TUCCI
Más allá de la levantada, los horrores de Zambrano y la peor actuación del VAR desde que está en “funciones”, la selección en su paso por la Copa América deja la sensación de ser un equipo que sigue en construcción, sin una cabeza visible, ni una renovación basada en futbolistas consolidados para el futuro.
Lo real es que en el balance sobresalen nítidos retrocesos en la producción de los más “veteranos” y muy pocos nombres de la nueva camada para sumar al proceso que se abre. De Paul, Lautaro Martínez y Paredes resulta la excepción. Del resto de los “nuevos”, poco y nada. Está claro, entre otros múltiples aspectos, que el ciclo de Lionel Scaloni no ha sido fructífero en lo referido a la selección de futbolistas.
Todo apunta a que la verdadera renovación que está pidiendo a gritos el equipo nacional comience rápidamente con decisiones firmes y coherentes: quizá sea mucho pedir a juzgar por la forma en que se han desenvolviendo quienes conducen el fútbol. Pero es ahora o nunca. Se viene para el seleccionado el desafío de las Eliminatorias y allí cada punto es un escalón que puede llevarnos al Mundial o dejarnos como espectadores de la máxima contienda.
La conducción del futuro equipo sigue siendo la principal duda. En los últimos tiempos los procesos han durado muy poco con entrenadores experimentados como Bauza, Martino y Sampaoli que se calzaron el buzo de DT por muy poco tiempo. Lo de Scaloni nunca quedó claro y la Selección requiere determinaciones que lo sean. ¿Habrá llegado el momento de la cordura y la seriedad?
Argentina ha sido la representación con proyecto menos claro de todos los que llegaron a la instancia decisiva de la Copa América. Un dato para tomar en cuenta de cara a los compromisos del año próximo cuando empiece a competirse con la mira puesta en Qatar 2022.
Un capítulo aparte para Messi que continúa sin su título en la Selección. Más allá de la levantada en el partido con Brasil, quedaron muchas incógnitas por resolver con respecto al futuro. Esta vez, y como el mejor resumen de una selección inexplicable, el equipo llevó a remolque a su capitán cuando todo llevaba a pensar que sería a la inversa. Lio, que no apareció en su plenitud, no se escondió, buscó tener protagonismo y le puso mucha dedicación a su trabajo, aún en aquellos momentos en los que dominó el desconcierto por la ausencia de identidad como equipo y los cambios desconcertantes del entrenador.
Hay que procurar que la Argentina no se acostumbre a perder. Los números negativos de este último ciclo apuntalan la firme necesidad de dar un volantazo, cambiar el escenario y los protagonistas. Quizá para el fútbol de nuestro país sea este un momento crucial, con muchas más demandas que otros. Los conductores de este proceso deberán tomar nota de lo ocurrido a la hora de sentarse para dibujar el futuro.
Por pergaminos nuestro seleccionado es mucho más que una queja por los errores del árbitro o la mala utilización del VAR, Llegó la hora de la verdad.
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