Maduro suspende el diálogo y lanza amenazas por el bloqueo

El mandatario venezolano volvió a desafiar a la oposición y a Estados Unidos, que apura su ofensiva para sacarlo del poder con las nuevas sanciones económicas

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La mecha que enciende el diálogo en Venezuela se acortó aún más con el bloqueo económico de Estados Unidos, que impone su línea dura para expulsar a Nicolás Maduro antes que apoyar una negociación que oxigene al mandatario.

Maduro suspendió las conversaciones con la oposición en rechazo a las medidas que un día antes congelaron los activos del devastado país petrolero en EE UU y limitaron severamente su actividad comercial. John Bolton, asesor de seguridad del presidente Donald Trump, no dejó duda sobre el objetivo: “La hora del diálogo ya pasó, toca ahora ponerse en acción”.

Washington pretende “asumir un papel de liderazgo y establecer la agenda sobre Venezuela”, dijo David Smilde, profesor de sociología y estudios latinoamericanos en la Universidad de Tulane.

La Casa Blanca, que encabeza la presión para sacar a Maduro, perdió protagonismo tras el fallido levantamiento militar de abril liderado por el opositor Juan Guaidó -a quien valida como presidente encargado junto con medio centenar de naciones- y el inicio en mayo de un diálogo con la mediación de Noruega.

Aunque la diplomacia de Trump asegura apoyar las negociaciones, el Consejo de Seguridad Nacional (NSC, por sus siglas en inglés) apuesta por la “máxima presión” para desmoronar al gobierno de Maduro, apunta Smilde. De manera que con el bloqueo, Bolton y el NSC “afirmaron su dominio en la política sobre Venezuela”, añadió.

Maduro, con una bajísima popularidad, anunció que revisará la negociación que se desarrolla en Barbados y amenazó con castigar a los opositores que aplauden el bloqueo, apoyado en su amplio poder institucional que incluye a los militares. Esto le permitiría estirar el tiempo. “En Barbados estaba buscando el levantamiento de sanciones y lo que recibió fue una dosis mayor. Un acuerdo de apaciguamiento tampoco se lo van a permitir a menos que acepte unas presidenciales con nuevas autoridades electorales y sin él a la cabeza, lo cual no sería negocio porque su idea es mantenerse en el poder”, comentó el politólogo Luis Salamanca.

Guaidó, por su parte, insiste en que no transará por menos de nuevos comicios y que seguirá jugando en todos los tableros: el del diálogo, rechazado por un sector opositor; el de la presión internacional, incluida cooperación militar de EE UU; y el de la protesta ciudadana, enfriada en los últimos meses. “Trump está configurando cómo va a ser la política venezolana del futuro. Ahorita sí se puede decir que Trump es el jefe de la oposición con estás sanciones”, apuntó el politólogo Ricardo Sucre.

Para Salamanca, el diálogo en el que cifran esperanzas la ONU y la Unión Europea, “se ha debilitado (con el bloqueo) y su futuro dependerá de los cálculos que hagan los actores, de lo que vean que pueden conseguir”.

Por lo pronto, el gobernante socialista sigue aferrado a la Fuerza Armada, a la que ha conferido amplio poder pero fisurada, y a sus aliados Rusia, China, Cuba e Irán, a quienes Bolton lanzó una advertencia: “No dupliquen una mala apuesta”.

Pero en un nuevo espaldarazo a Caracas, Pekín pidió a Washington que deje de “acosar” a otros países, mientras Moscú anunció un acuerdo gasífero con Venezuela. (AFP)

 

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