En un partido incómodo, la Selección triunfó ante Rusia
Edición Impresa | 5 de Septiembre de 2019 | 04:52

CHINA
Env. especial
Por FERNANDO ALEGRE
No iba a ser un partido sencillo y se sabía en la previa. Pese a las buenas victorias ante Corea del Sur y Nigeria, ahora llegaba el turno de medirse con Rusia, rival más disciplinado desde lo táctico y con varias armas en ofensiva. Sin embargo, y pese que tanto en el principio como en el final le costó, la Selección Argentina logró sacarse de encima un cruce complejo para llegar con puntaje ideal al cierre de la primera fase y pensar ya mismo en lo que será el encuentro ante Venezuela, mañana por la mañana.
Desde el inicio, Rusia apostó a una defensa muy intensa, que nunca permitió a Argentina sentirse cómodo en el Wuhan Sports Center. Sin poder encontrar a Scola, con Brussino errático y poca participación de Garino en el arranque, sólo Facundo Campazzo y Marcos Delía lograron sumar en repetidas ocasiones. Así, los soviéticos dominaron el primer chico, y cuando parecía que iban a duplicar al combinado de Hernández, un triple del mencionado base del Real Madrid sobre la chicharra decretó el 17 a 12 con el que los rusos comandaron los primeros diez.
Ya en el segundo, se vio lo mejor de la albiceleste. Con un Campazzo líder por completo y dueño absoluto del juego, Argentina creció mucho, tanto en su costado como en el opuesto. A partir de una gran defensa, los de Hernández lograron recuperar varios balones, supieron aprovechar los desajustes de un desorientado equipo ruso y así consiguieron un furioso parcial de 15-0 para pasar al frente por 10 (27-17). El dominio nacional se mantuvo antes del descanso largo, pese a que Rusia descontó una unidad, para desencadenar en el 39-33 con el que se fueron los primeros 20 minutos.
Tras los vestuarios, la misma receta. Los dirigidos por Hernández permitieron apenas siete unidades de los europeos en todo el período. De no ser por la mala efectividad de cancha de la jornada (apenas por arriba del 35%), seguramente la Selección habría liquidado el pleito con antelación. Con sólo diez por jugar, el combinado argentino entraba al decisivo con la máxima de 13 unidades 53-40.
En el último chico, Rusia retomó la receta del primer cuarto y complicó los planes nacionales. La presión europea se hizo sentir, Argentina no encontró otra vía de gol a los mencionados Campazzo y Delía, y a partir de allí, la diferencia se fue achicando. Las pérdidas de los de Hernández atentaban contra un final más tranquilo y los soviéticos, crecidos en confianza, buscaban sumar con Kurbanov y Zubkov, sus mejores armas.
De esta manera se llegó a un último minuto muy apretado, con una posesión de diferencia. Pero allí, en el momento en que los grandes dejan su huella, el más chiquito de la cancha, Facundo Campazzo, volvió a mostrar esa insanía deportiva tan característica de los distintos. Penetrando contra todos, el base ensayó una bandeja de mano izquierda que encontró red para el respiro de la Selección y para manejar los tiempos y la diferencia de cara al 69-61 definitivo.
Argentina sufrió y tuvo que trabajar mucho para superar a Rusia; pero lo hizo. Con 21 puntos, 7 asistencias y 6 rebotes de Campazzo y 13 y 4 de Marcos Delía, los de Hernández dejaron atrás a los soviéticos, consiguieron cerrar el grupo en el primer lugar y enfocarse en lo que vendrá: el viernes, ante Venezuela.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE