Reactivar, pero con moderación

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Mariano Spezzapria

@mnspezzaprial

“El objetivo es darle un marco más pacífico a la negociación. Queremos tranquilizar la economía”, sostuvo el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, para explicar el modo en que el Gobierno concibe el aumento salarial que otorgó por decreto a los trabajadores del sector privado.

El titular de la cartera laboral no profundizó el concepto, pero se entendió que con los 4.000 pesos ya embolsados en marzo, los sindicatos partirán de ese piso para negociar las paritarias de 2020 y habrá menos conflictos al inicio de las conversaciones con las cámaras empresarias.

La estrategia gubernamental quedó a mitad de camino entre lo que pretendían los sindicatos –que querían aumentos de hasta 9.000 pesos- y los empresarios, que cuestionan la injerencia estatal en el sector privado. Aunque las dos cuotas y la cifra menor a la esperada puede equilibrar la balanza.

Así, se comprendió la intención del presidente Alberto Fernández de no forzar a los empresarios más de la cuenta, aunque eso le genere algunos chisporroteos con los gremios, que en su gran mayoría se alinearon políticamente con el Frente de Todos durante la campaña electoral.

Para tranquilizar los ánimos, el Gobierno calculó que solamente con los aumentos del sector privado se volcará una masa de 20.000 millones de pesos a la economía, dirigida básicamente al consumo popular, lo cual beneficiaría tanto a las empresas como a los trabajadores.

La duda que se abre ahora es qué sucederá con los trabajadores del sector público. El ministro Moroni confirmó que la semana próxima habrá otro decreto en la misma línea que el de ayer, pero dijo que las provincias y los municipios tendrán que adoptar sus propias decisiones.

Esto es, que definirán en forma autónoma si darán aumentos o no, pero no comprometió asistencia nacional a los distritos. Eso será, seguramente, motivo de negociación con los gobernadores en las próximas semanas.

 

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