Ocurrencias: bolsos sospechosos y camioneta pecadora

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Alejandro Castañeda

afcastab@gmail.com

 

Vienen con tantos chiches las camionetas, que dan ganas de usarlas para todo. La semana pasada glosamos el uso cariñoso que se le dio en la Ciudad a un vehículo del ministerio de Trabajo. Ahora, una Hilux de la Gobernación de Río Negro confirmó que el transporte oficial a veces abandona su tarea específica para atender pedidos más dichosos.

No es la primera vez que una camioneta oficial se aparta del camino para buscar atajos ventajosos. Ahora la sospechada es la directora de Energía Aislada de la Secretaría de Estado de Energía de Río Negro, Verónica Olea Picapietra, un apellido que algo avisa. Salió a la ruta con una camioneta de la repartición llevando tres millones de pesos en efectivo, una suma que en bolso de funcionario siempre está más cerca del pecado que del ahorro. Ella aseguró que tenía ese dinero “como un favor a un conocido, quien le solicitó el traslado de una caja cerrada donde estaban los billetes”.

Río Negro parece haber aprendido a mezclar la obra pública con los bolsos sospechosos

Pero los desconfiados de siempre dicen que va a tener que mejorar la coartada si quiere salvarse. Porque es difícil entender cómo una alta funcionaria es capaz de poner nombre y rodado oficial para mensajear plata ajena solita y por esos caminos.

Es cierto: los secretarios trafican con influencias y siempre tienen a mano alguna camioneta para esconder bolsos. Y los pagos del sur están bien fogueados en negociados y efectivo. Río Negro, por lo que se ve, parece haber aprendido a mezclar obra pública con bolsos sospechosos.

Un funcionario, con tres millones en la camioneta, está más cerca del pecado que del ahorro

Por las dudas, la gobernadora Arabela Carreras (un apellido que invita a la escapada) apartó del cargo a Picapietra y separó también al director de Políticas Sociales Tradicionalistas, Alejandro Nahuelquín, pareja de Picapietra. La idea de tener al cónyuge compartiendo gobierno y viáticos es una vieja costumbre de ministros y allegados.

La cercanía con el poder siempre favorece la vida matrimonial. Cobrar en la misma ventanilla es un proyecto que enamora mucho a las parejas oficiales. Picapietra quizá aspiraba a poner a buen resguardo la tradición, la energía y el romanticismo. Ella sabe que todo vínculo necesita refuerzos y que la política está llena de ejemplos conyugales que, juntos y muy predispuestos, han podido construir poder y fortunas.

Pero es un riesgo salir a la ruta con tanto efectivo dudoso. Gendarmería aprendió que no sólo los mapuches y los contrabandistas complican el paisaje con sus incursiones. El sur está lleno de funcionarios muy ahorrativos y muy a la vista. Gente que muestra sin pudor la ventaja del derrame en zona petrolera. Los controles tratan de cazar infractores, sobre todo en un país donde la transparencia es una frontera movible que se cruza fácilmente con vehículos oficiales.

La secretaria comedida fue separada hasta tanto aparezca el amigo y se resuelva su situación judicial en el marco de la investigación que la vincula con el lavado de dinero. Sorprende, no lo sucedido sino ese par de gendarmes que estaba cumpliendo tareas de rutina y que curioseando y dudando pudieron descubrir ese toco sospechoso que se les había pasado por alto a los organismos de control. Porque no fue un operativo especial. Empezaron pidiendo los papeles del rodado, miraron el interior del vehículo y cuando advirtieron que la conductora se ponía nerviosa, exigieron que abriera el bolso.

Lo concreto es que los tres millones de ese amigo pudiente la metieron en un lío con final incierto. La Justicia quiere saber el origen y el destino de esos fajos. Algo que nunca se sabrá, como enseña la experiencia. “Toda plata es robada”, decía aquel personaje del Oso Rojo. Es que la guita sospechosa elige sus propios caminos y la Justicia no tiene buenas camionetas para poder seguirle el paso. Ya están los abogados tratando de mejorar el relato del amigo olvidadizo. Pero si ese vecino pudiente existe, va a tener que armarse de paciencia para poder reencontrarse con sus ahorros.

Lo concreto es que la secretaria de Energía Aislada se quedó más aislada que nunca: por hacer (¿o hacerse?) un favor tuvo que entregar millones, camioneta, despacho y novio. Bajas sensibles para la energía y la tradición de esos pagos.

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