"Somos familia"

Gimnasia vivió días difíciles por la salud de Maradona y el Gallego Méndez, más al frente que nunca del grupo, resaltó la fortaleza del grupo más allá de las virtudes y defectos en el empate frente a Vélez Sarsfield.

"Fue una semana complicada. Diego está internado todavía y todos estamos pendientes. Pero hemos construido un grupo muy fuerte, un grupo que se asemeja a una familia y cuando se da esa comunión si uno se cae el otro lo levanta,cuando alguien está triste el otro está encima. Siempre hay una palabra de aliento y eso hace a los buenos grupos. Sanos. Y ayuda a ver en la cancha a un equipo duro, difícil de vulnera". Las palabras de Sebastián Méndez explican no solamente a una semana difícil, sino a un equipo que ha aprendido a levantarse y no lamentarse y que más allá de la distracción en la última bola de la tarde superó a Vélez que nombre por nombre es superior. Y este Gimnasia ya sin la espada de Damocles del descenso parece ir en franco crecimiento, más suelto, animándose a jugar y generando buenas asociaciones.

Matías García es el mejor jugador de este equipo y su sociedad con José Paradela le da al equipo un juego y una frescura que no tenía. Pero el equipo se puede explicar desde lo individual y también desde lo colectivo, con buena presión alta y espacios bien ocupados. Un claro ejemplo es que las acciones de los goles nacieron de la presión de Weigandt, el 57 que juega de 4 y presionó de 11 (del otro lado de la cancha) para ganar un penal y una pelota que luego García sirvió para el buen remate de Carbonero para el 2-1 tripero. Johan Carbonero es otro punto alto del conjunto, veloz y técnico, asoma como un jugador para comprar y vender. En un puñado de líneas, el texto ya tiene a cuatro que juegan bien. Y en la columna vertebral son vitales Jorge Broun y Paolo Goltz para darle solidez y personalidad al equipo.Más de medio equipo de nombres importantes empiezan a construir un equipo confiable.

Ante el Fortín, una desatención costó dos puntos. Nadie pensó que Ricky Álvarez iba a tener la lucidez de buscar por abajo a ese pibe que casi escondido se había escurrido de las miradas de los jugadores triperos. ¿El equipó debió liquidarlo antes? Sí, con la de Ramírez el partido se terminaba pero este no parece ser equipo de tres goles por partido, así que lo perfectible es lo defensivo. Y desde lo individual, Harrinson Mancilla está lejos del que insinuó ser en el primer trimestre del año. Y el delantero que haga goles se va a quedar imaginariamente con la camiseta número 9. 

A la espera de que Diego aleje sus fantasmas, la casa está en orden. Y la bronca del empate se va enseguida cuando hace poquito tiempo se perdía con cualquiera y el descenso parecía inexorable. ¿Conformismo? No. Realidad de un equipo serio, que sabe a qué juega y que con trabajo va a dar más.

 

 

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