Nada para celebrar: la mitad de los salones de fiestas de La Plata bajó las persianas

La mitad de las casas y salones de fiestas de la Ciudad cerró en el transcurso de la pandemia y unas 8 mil personas que trabajaban en la actividad perdieron su empleo, según relevamientos propios del sector. Por ese asfixiante panorama los que aún se resisten al cierre se concentrarán a las 9 en 7 y 32 con el lema “Apertura ya. Queremos trabajar”.

El objetivo es marchar hacia el Municipio para hablar con las autoridades y gestionar alguna salida al difícil momento que atraviesan desde fines de marzo. También tienen previsto realizar el próximo 15 de diciembre una caravana hasta la Casa de Gobierno porque saben que muchas cuestiones de la actividad están reglamentadas por esa órbita.

Todos coincidieron en que en los últimos tiempos se multiplicaron los eventos sociales, algo de lo que dieron cuenta los medios y las redes, encuentros en los que no se respetaron ni el distanciamiento social, ni los aforos.

“La gente va a bares y restaurantes a festejar sus cumpleaños y es injusto que los únicos que no podemos trabajar seamos nosotros cuando en todo este tiempo diagramamos protocolos”, apuntó Nacha Stevani, propietaria de una casa de fiestas infantiles.

En los últimos meses, la Agrupación de Propietarios de Salones de Fiesta que los nuclea promovió la compra en grandes cantidades de termómetros digitales, bandejas para la desinfección de zapatos, barbijos descartables y alcohol en gel, todos elementos que les permitirán extremar las medidas de prevención y la aplicación del protocolo presentado.

“Prevemos hacer un registro de temperatura, según la lista de invitados, que haya diferentes postas de alcohol en gel y distanciamiento; con todo estamos en condiciones de abrir”, dijo la empresaria que además agregó que, aunque no tuvieran ingresos, muchos aprovecharon estos meses para hacer inversiones, como por ejemplo mejorar la ventilación de los espacios.

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Muchos aseguraron que nadie comprende cabalmente el apriete económico que sufre el sector y que, en ese contexto, las autoridades deslindan responsabilidades, el Municipio responde que hay cuestiones que deben ser resueltas por las autoridades provinciales y a su vez en este nivel se aguardan definiciones de Nación.

“El próximo 15 cumplimos 9 meses sin trabajar, por eso vamos a instalar inflables, globos y mesas en la subida a la Autopista para que todos escuchen nuestro reclamo. La mitad de los salones ya cerró y si no recibimos ayuda a los que quedamos nos va a pasar lo mismo”, agregó la comerciante.

Para la gente del sector es imperioso que la ayuda llegue ahora porque, se sabe, enero y febrero son históricamente meses de poca actividad y las autoridades sanitarias anticiparon que en marzo puede producirse una segunda ola del virus y con eso un nuevo parate. “Necesitamos una reunión con el jefe de Gabinete” y argumentaron que nunca recibieron ninguna ayuda, ni subsidios.

Un buen número de los que resistieron enfrentan ahora el anuncio de cortes de servicios como gas y luz. “Llevamos 9 meses sin facturar ni un centavo y los intereses que fueron corriendo por las deudas son tremendos”, se indicó.

También se destacó que unas 8 mil personas vieron reducir sus ingresos de manera drástica porque se dedicaban a la realización de catering, eran ambientadores o se desempeñaban como Disc Jockey o como animadores.

Oscar, propietario de otra casa de fiestas también participó de algunas reuniones con funcionarios locales en las que se habló de ampliarles la habilitación a la categoría de restaurante para que, sin hacer bailes, pudieran trabajar con el 30 por ciento de la capacidad. “El fin de semana pasado a gente que tenía todo en regla, fueron y le clausuraron el espacio, pero uno ve que hay cervecerías donde todos están apilados y nadie controla”, apuntó el comerciante y se quejó por la demora que tienen las habilitaciones y porque se le hace imposible cubrir los 70 mil pesos de gastos fijos que tiene por mes.

“Es injusto que los únicos que no podemos trabajar seamos nosotros”, dijeron referentes

Desde el Municipio se informó que en estos meses se trabajó en conjunto con gente del sector para implementar un protocolo que les permitiera abrir las puertas como restaurantes o despacho de comidas. “Su actividad no está autorizada por la provincia de Buenos Aires, pero si pudimos otorgarles habilitaciones temporarias para que se reconvirtieran”, sostuvo un vocero de la Comuna.

En esa línea se aclaró que en este tiempo solo se realizaron dos clausuras en dos salones, “uno porque fue subalquilado para una fiesta clandestina y el otro, en City Bell, porque no cumplía con el aforo, en cuanto a la cantidad de personas”, expresó el funcionario y agregó que en todos los demás que se reconvirtieron no hubo inconvenientes de ningún tipo.