Guzmán optó por confrontar con los fondos extranjeros

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Fernando Coradazzi

fcoradazzi@eldia.com

La cartera de Economía, que conduce el platense Martín Guzmán, tenía tres opciones para enfrentar el vencimiento de mañana del Bono Dual: que el Banco Central emita casi 100 mil millones de pesos para pagarlo, con el riesgo de que esa masa de dinero presionara sobre el valor del dólar y la inflación; no pagar, y hacer caer la deuda en default o reperfilar la deuda.

Eligió la última opción, la de postergar el pago de capital (salvo para los tenedores de bonos individuales de hasta U$S 20 mil) y abonar mañana solo los intereses por $6.400 millones.

Guzmán optó así por confrontar con los grandes fondos extranjeros que el lunes bloquearon la licitación en la que el Gobierno ofreció tres bonos con vencimiento en 2021, para hacerse de fondos y afrontar el pago del Bono Dual.

“No nos dejaron otro camino” dijo a El DIA uno de los funcionarios que estuvo metido en la negociación. El duro comunicado del Palacio de Hacienda lo confirmó en una frase: “Este Gobierno no va a aceptar que la sociedad argentina quede rehén de los mercados financieros internacionales”.

El 97 por ciento de los U$S 1.637 millones que captó el Bono Dual en julio de 2018 fue en dólares. El 80 por ciento está en manos de tenedores extranjeros y el fondo Franklin Resources (Templeton Investments) tiene declarado un 24 por ciento del total, aunque podría tener más. También figura el fondo Black Rock como otro de los grandes tenedores del Bono Dual.

La Provincia de Buenos Aires también debió enfrentar el boicot de uno de los fondos de inversión más importantes del mundo: Fidelity. El gobernador Axel Kicillof pidió a los tenedores del BP21 postergar el pago del vencimiento de enero a mayo, y el fondo estadounidense bloqueó la negociación impidiéndole alcanzar el 75 por ciento del consenso requerido para que la reestructuración se concretara.

Aunque en el caso de la Provincia la deuda era en dólares y bajo legislación extranjera, con lo que la única alternativa era pagarlo o sino caer en default, con el riesgo que implicaba para el gobierno nacional en su pelea por la deuda. Una lucha que el ministro Guzmán inició ayer y que será dura, corta e intensa. Y con final abierto.

 

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