Javier Tomás García

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Produjo hondo pesar y un profundo dolor en su familia y su gran número de amigos, la desaparición física de Javier Tomás García, dueño de una personalidad singular, libre y creativa.

Hijo del matrimonio de Beatriz del Carmen Fayet y de Tomás Oscar García (Wimpy), nació el 31 de julio de 1967 y junto a sus hermanas, Carla y Renata, construyó un vínculo familiar indestructible que alimentó hasta su muerte.

De su casamiento con Mónica Liliana Souza nacieron sus hijos: David (24), Fermín (18), Lautaro (15) y Gonzalo (9). Junto a ellos, a su padre Wimpy, a su hija política María Emilia y a amigos de sus hijos, a modo de despedida, compartieron días de veraneo en Pinamar. Al regresar a La Plata, Javier, murió jugando con amigos al fútbol.

Era un entusiasta simpatizante del Club Estudiantes junto a sus hijos. Era dueño de un humor especial con el que supo armonizar relaciones entre amigos y reuniones familiares que siempre lo encontraban como protagonista.

Sus estudios primarios y secundarios los desarrolló en La Plata y ejerció la profesión de Martillero y Corredor Púbico.

Poseedor de una creatividad artística envidiable, sólo la cultivó en soledad y en forma intrafamiliar. Su padre conserva enorme cantidad de cuentos, pinturas, collages y esculturas realizadas con máquinas y elementos metálicos en desuso. En esta actividad, sólo en una oportunidad, se presentó a un Salón Provincial y obtuvo una distinción. Nunca hizo pública su obra artística, que la familia conserva y atesora como expresión genuina de su personalidad. En el último tiempo había también incursionado en la fotografía.

Durante estos días fueron emergiendo testimonios de amigos y personas desconocidas expresando su agradecimiento por la infinita generosidad y solidaridad que ejercía de manera silenciosa, sin distinción de clases, ni estatus económico; encontrando siempre en el otro la posibilidad de construir vínculos y afectos. Deja como legado, una filosofía de vida basada en la creatividad, el valor terapéutico de su humor, el amor incondicional a sus hijos y su inquebrantable y ferviente defensa de la libertad individual y social.

 

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