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La Ciudad |Sus exquisiteces y, en particular las medialunas, la colocaron en un sitial preferencial en la plata

La Ciudad pierde un ícono de su vida social con el cierre de la confitería París

Uno de los locales gastronómicos platenses más emblemáticos bajó las persianas en 7 y 49 ante el golpe de la cuarentena. Por décadas fue un punto de encuentro para distintas generaciones. La rica historia del local

La Ciudad pierde un ícono de su vida social con el cierre de la confitería París

El salón de “la” parís, un clásico de la vida social de la ciudad / archivo

2 de Mayo de 2020 | 03:03
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Tres, cuatro años de recesión devenidas de las políticas económicas y ahora una pandemia que puso al rubro en “cuarentena” y la obligó a cerrar su concurrida cafetería es demasiado para resistir y seguir adelante. Por eso, después de repensar varias veces la idea, los dueños de la confitería París decidieron ponerle fin al emprendimiento que arrancó, con esta última firma, 50 años atrás.

Si hay un lugar de neto corte platense es “la” París, como se le llama a la pastelería de la emblemática esquina de 7 y 49. Sus postres de milhojas e imperial, sus sandwiches de miga y sus masas finas, y, muy en particular, sus medialunas, la colocaron en un sitio preferencial dentro del gusto de los vecinos de esta ciudad.

De larga y variada trayectoria, lo que en un momento fue “la hora de té” para las señoras, con las transformaciones de los hábitos sociales y gastronómicos el local se volvió una referencia para las suculentas meriendas que degustaban, hasta antes del aislamiento social dispuesto para combatir el coronavirus, familias y grupos de amigos de cualquier género y edad.

Con los años, la “gran confitería”, que con sus condiciones y disposición siempre fomentó la conversación, se convirtió en un eje en torno al cual gravitaban distintos actores de la Ciudad, y -recuerdan los memoriosos- hacia los 50’ era un punto de encuentro obligado para el debate político y las reuniones de estudiantes universitarios.

“La decisión está tomada; la confitería está cerrada. Todavía no nos sentamos a hablar con los empleados. Es un arrastre y la cuarentena fue algo que terminó de hundir el barco”, sintetizó, en diálogo con EL DIA, una de las socias, nieta de Roberto Pérez, el hombre que medio siglo atrás, puso en funcionamiento la fábrica del local de 7 y 49 y comenzó a elaborar confituras.

“Fue una decisión muy difícil, es una familia de duelo, porque somos la tercera generación” en la confitería, admitió. Pero resaltó que la cuarentena vino a ponerle punto final a una situación que venía de arrastre y ahora “no podemos tener el bar abierto, nuestra clientela es gente mayor y el sector gastronómico es uno de los más afectados”, resumió.

La noticia del cierre del comercio se conoció a través de un comunicado que los dueños publicaron en el Facebook de la confitería, pero resultó curioso que después de unas horas de haber sido colgado en la red, el contenido “dejó de estar disponible”, es decir, desapareció de la cuenta digital. “Es que no podíamos controlar ya más el flujo de información de la página, era demasiado para procesar nosotros”, explicó la mujer, en relación al aluvión de mensajes que recibieron de los clientes, conmovidos por la noticia del cierre.

“Pensamos que esto iba a tardar más, fue todo muy rápido y todavía estamos digiriendo la decisión”, dijo, conmovida.

El texto publicado en las redes decía así: “Con mucho dolor, informamos a clientes, amigos, público en general y proveedores que las actuales circunstancias nos han obligado a tomar la decisión de cerrar nuestra querida y tradicional Gran Confitería París”.

Explicaron que “durante este tiempo hemos realizado todo el esfuerzo que estaba a nuestro alcance para seguir adelante” y resaltaron esa imagen que tienen los platenses de la confitería, “siempre sinónimo de encuentros, charlas y cafés con amigos”, añadieron.

De acuerdo a lo señalado en Facebook, la actividad de la confitería París “está restringida y no sabemos por cuánto tiempo estaremos así. No tenemos el espacio del bar, lo cual perjudica y mucho. Cuando veníamos sorteando la difícil situación económica del país en los últimos tiempos, con esperanza de una pronta mejoría, nos sorprende la pandemia de la COVID-19 y las medidas de aislamiento social, “cuarentena”, dictadas por el Poder Ejecutivo que restringen la libre circulación y las actividades en café, bares y restaurantes”, indicaron los propietarios.

Omar Dipuy es chofer de los deliveries de la París desde hace 28 años. Cumple, además, la función de delegado gremial. Con una enorme preocupación por su destino laboral y el de sus compañeros de trabajo, aseguró a este diario que “nadie nos comunicó nada formalmente, pero sabemos, por un grupo de WhatsApp, que estaríamos todos despedidos”. Según el dirigente, que responde al Sindicato de Pasteleros, ningún integrante del personal recibió el telegrama oficializando la cesantía de la labor.

De acuerdo a lo que les llegó a los empleados vía WhatsApp, “dentro de las próximas 48 horas serán contactados telefónicamente por directivos de la empresa para el pago de las indemnizaciones y la entrega de certificados de trabajo y efectos personales en los lockers, si tuviesen”.

Según señaló Dipuy, durante las seis semanas que lleva el país de cuarentena preventiva, el local, cerrado para el ingreso de público, se dedicó a las entregas a domicilio. “Trabajaba menos que antes de suspender la actividad del salón, pero trabajaba”, remarcó.

Son alrededor de 32 personas las que tienen relación de dependencia con la confitería, entre mozos, pasteleros, confiteros, administrativos, repartidores y personal de limpieza. Frente a esta crítica situación (“la mayoría tenemos familia, hijos, alquilamos, y no sé cómo vamos a hacer”, puntualizó el encargado del delivery), hoy, los empleados se apostarán, a las 8, en la puerta del local, para presentarse en sus trabajos.

Desde la confitería explicaron a EL DIA que “todavía no nos sentamos a hablar con los empleados”, algo que esperaban hacer en las próximas horas.

Hasta en España

El hecho de que la confitería vaya a cerrar golpea, de algún modo también porque los carga de nostalgia, a muchos habitués del “cafecito” en el bar y a clientes que le otorgaban a las delicatessen que ahí se elaboraban el más alto sitio en cuanto a calidad. Natalia, por caso, dejó la Ciudad hace casi 20 años y se mudó a Badajoz, Extremadura, España. Supo ayer, por eldia.com, que la París bajaba las persianas para siempre. “Desde que me enteré no me puedo sacar de la cabeza esas medialunas: siento hasta el olorcito y el sabor”, rememoró.

Una línea de tiempo, la que figura en la página web de la Gran Confitería París, recuerda que en 1969 la familia Pérez Muñoz, con Roberto, un conocedor del oficio, a la cabeza, adquirió la panadería situada en 7 y 49. El emprendedor puso en marcha la fábrica y comenzó a ofrecer facturas y confituras. En 1974, a partir de un conflicto gremial entre los propietarios y los mozos, se cerró el bar y se remodeló el salón que se destinó a la venta exclusiva de pastelería. En 1989, se realizaron nuevas reformas del local, y en 1995 se reabrió el bar y el salón de fiestas.

Pero detrás de esa trayectoria hay otra que tiene a la París como protagonista y la cuenta el recopilador de la Historia de La Plata Roberto Abrodos. Según esos registros, la firma funcionó como panadería y confitería a partir de 1926 en la esquina de 7 y 54 y se reconocía al lugar por su exquisita variedad de bombones, que llegaban desde Francia. Como salón era por entonces un espacio reservado sólo al público masculino, que se reunía ya con la costumbre de compartir un café expreso.

El 9 de octubre de 1941, la sucesión de Víctor Alonso inauguró el local de 7 y 49, en un acto que bendijo el arzobispo platense Juan P. Chimento.

 

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Multimedia

Antes. La esquina de 7 y 49, con las amplias vidrieras de la confitería parís, un clásico platense / archivo

Ayer. La tradicional confitería parís, de 7 y 49, con las persianas bajas tras décadas de historia / dolores Ripoll

El salón de “la” parís, un clásico de la vida social de la ciudad / archivo

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