Inquietud por los daños colaterales de la pandemia
Edición Impresa | 11 de Junio de 2020 | 02:55

Las consultas por dolencias que no estén vinculadas al coronavirus registraron una llamativa baja y potenciaron los peligros para aquellos pacientes con patologías vasculares, neurológicas y hasta oncológicas, según informaron ayer los propios profesionales de la salud y lo confirmaron desde distintos hospitales de la Región. Coincidentemente, en la misma jornada, especialistas y distintos organismos médicos mundiales formularon advertencias similares.
Tal como se señaló este diario, el jefe de Hemodinamia del Hospital Español de La Plata aseguró que en nuestra ciudad seis de cada diez pacientes con problemas cardíacos atraviesan actualmente sus infartos en las casas por temor a recurrir a un centro de salud. Muchos prefieren soportar el dolor con un analgésico con tal de no ir al hospital en medio de la pandemia.
Ese diagnóstico entró en perfecta sintonía con el que trazó el del Colegio de Médicos de La Plata: “Hay un cuidado absurdo de muchas personas que llegan a no ir al hospital pese a no sentirse bien sólo para no correr riesgo de contagiarse coronavirus. Esto lleva a que muchos no contraigan este virus pero se terminen muriendo de dolencias más graves y que podrían haberse evitado”, dijo.
En parecidos términos se expresó un especialista consultor en clínica médica, jefe del Servicio de Admisión en el hospital San Martín de La Plata: “Antes de la pandemia, para entender el fenómeno en números reales, teníamos de lunes a viernes un promedio de cien consultas por día y los fines de semana, entre 60 y 70. Ahora, en cambio, estamos viendo entre treinta y cinco y cuarenta consultad diarias, es decir que el temor al COVID-19 hizo que las consultas habituales y necesarias se reduzcan en casi un 65 por ciento”.
Al mismo tiempo, desde la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) se indicó que en los hospitales hay una reducción de hasta el 50 por ciento de las admisiones en guardias de Infarto Agudo de Miocardio; lo que ha llevado en todo el mundo a un aumento de hasta cinco veces la mortalidad por infarto, según publicaciones científicas. A su vez, de acuerdo a un informe difundido por el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires en los últimos días, las consultas totales por emergencias en centros médicos en el país cayeron un 74% en abril de 2020 respecto al mismo periodo del año anterior (2019). Cada año mueren en Argentina 100 mil personas por enfermedades cardio y encefalovasculares, pero según esta publicación estaríamos en riesgo de tener entre 6 mil y 9 mil muertes más por esta causa en 2020.
Cabe agregar que estas referencias se vieron convalidadas también en la víspera, ya que desde distintos organismos y ámbitos médicos mundiales, se aludió a los daños colaterales del coronavirus en la salud de las personas. Especialistas de distintas universidades advirtieron que el confinamiento contra el COVID-19 evitó numerosas muertes, pero que sus repercusiones también cuestan y costarán vidas a más largo plazo, señalando que los mejores epidemiólogos y especialistas sociales están tratando de encontrar fórmulas para enfrentar esa cuestión. El diario The New York Times tituló hace pocos días su editorial: “El miedo al coronavirus causará muchas muertes”.
Entre las propuestas sugeridas por distintas fuentes se mencionó la de evitar la autoeliminación de la consulta médica, sobre todo de aquellas que requieren la asistencia presencial. Asimismo, tal como indicó un documento de la SAC, para el caso de males cardiológicos, los que requieren consulta presencial son dolor de pecho/opresión en el pecho/brazo izquierdo, dolores súbitos persistentes por varios minutos nuevos en dorso o abdomen, falta de aire, síncope, pérdida de conocimiento y edemas nuevos (piernas hinchadas). También hay que consultar en caso de palpitaciones nuevas, dolor súbito con cambio de color o temperatura en los miembros inferiores, pérdida de fuerza o sensibilidad en alguna parte del cuerpo.
Se recomendó a la gente tomar en cuenta que la atención en los hospitales está segmentada, es decir que los casos sospechosos de COVID-19 tienen en la mayoría de los centros de salud, un circuito separado del resto, por lo que ir a un hospital no es sinónimo de contagiarse el virus. Por cierto que desde las áreas oficiales de Salud debieran acentuarse las campañas destinadas a que la población deje de postergar consultas médicas que pueden ser esenciales.
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