Roberto Anconetani
Edición Impresa | 23 de Junio de 2020 | 05:00

Entusiasta de la ingeniería mecánica que volcó sus conocimientos y experiencias en diversas labores, vecino de arraigada historia en Villa Elvira y hombre de fuertes lazos familiares, falleció, a los 75 años, Roberto José Anconetani.
Era platense, hijo de un matrimonio de inmigrantes italianos (Amelia y Julio) que trabajó duro para sobrellevar la economía de la casa. Había nacido el 25 de mayo de 1945 y fue el menor de dos hermanos (lo precedió Julio, diez años mayor); pasó la primera infancia en un barrio de Berisso pero era todavía pequeño cuando los Anconetani se radicaron en el corazón de Villa Elvira. Nunca más se movió de ahí.
Cursó los años del colegio secundario en el Industrial Albert Thomas y se recibió luego de Ingeniero Mecánico en la Universidad Tecnológica Nacional -UTN-. Se esforzó mucho para graduarse, pues la familia no podía sostener sus estudios y entonces mientras avanzaba en la carrera dedicaba varias horas del día como empleado del Servicio Penitenciario Bonaerense.
En el ámbito laboral cumplió con distintas tareas: fue perito del Poder Judicial, asesor de compañías de seguros y trabajó también de manera independiente. En los últimos años, por caso, atendió el mantenimiento de ascensores y las habilitaciones de las unidades del sistema de colectivos.
Primero casado con Alicia Roncagliani tuvo con ella tres hijas: Marcela, María Gabriela y Gina. Divorciado de esa unión contrajo matrimonio con Nora Terminiello, con quien compartió la vida durante 35 años y fue padre de Nicolás.
Más inclinado a la vida hogareña que a las relaciones sociales, siguió los típicos mandatos de la cultura italiana. Reunirse con los suyos en una mesa servida con comida casera era para él un plan irremplazable. Fiel, además, a los valores del trabajo, durante largos años fue el anfitrión de asados familiares con los que se celebraba el 1° de Mayo.
Lo caracterizaron una destacada inteligencia; una generosidad que lo llevaba a considerar las necesidades de los demás, sobre todo si se trataba de algún integrante de la familia; una forma de expresarse siempre cariñosa; y una manera singular de brindar consejos y señalar los mejores caminos.
Hincha fanático de Gimnasia, fue un asiduo visitante de la cancha cada vez que el club de fútbol competía por una fecha.
Se proyectó en cuatro nietos: Juan Pablo, Martina, Agostina e Ignacio.
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